‘Los pacientes deben empezar por comprender que la psoriasis no es ‘aquello de la piel’, sino una alteración compleja del sistema inmunológico’, comenta Santiago Alfonso. El director de Acción Psoriasis subraya así uno de los mitos que durante años han propiciado una demora en el diagnóstico de ciertas enfermedades asociadas a alteración del sistema inmunológico, como puede ser la artritis psoriásica. Ante este escenario, el experto aplaude la llegada de las nuevas tecnologías y asegura: ‘Internet y el 2.0 permiten atender mejor a las necesidades del paciente experto y empezar a aprobar asignaturas que teníamos pendientes, como la comunicación de los avances’.
Vivir con psoriasis es muy complejo. Y no por su carga psicológica. En la mayor parte de los casos, esta patología precede o aparece simultáneamente con la artritis psoriásica, una enfermedad crónica, inflamatoria y progresiva que provoca la inflación de las articulaciones y de los tejidos que las rodean. Sin embargo, muchos pacientes desconocen que existe tal relación.
Ante esta situación, y de cara a solucionarla, los expertos han depositado su confianza en las herramientas 2.0. El presidente de Acción Psoriasis, Santiago Alfonso, explica que no solo ‘ayudan a asumir la enfermedad con información fiable y normalizarla’, sino que también ‘alivian la consulta del médico, pues derivan a las asociaciones muchos casos que no son motivo de preocupación’.
Esteban Daudén, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital de la Princesa de Madrid, se muestra de acuerdo con estas palabras, pero añade una consideración más. Insiste en que en la artritis psoriásica ‘es clave la colaboración entre dermatólogos y reumatólogos para identificar y tratar a los pacientes en las fases iniciales de la enfermedad’.
No menos importante es el desarrollo de terapias alternativas eficaces y que ofrezcan una buena calidad de vida. En este sentido, Juan Cañete, consultor senior de la Unidad de Artritis del Servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona, explica que Stelara (estekinumab) consigue inhibir la progresión radiológica y tiene una frecuencia de administración trimestral que resulta muy cómoda para los pacientes.
Este anticuerpo monoclonal humano muestra eficacia incluso en pacientes que no presentaron respuesta a otros tratamientos biológicos previos. Según el Dr. Cañete, ‘es un tratamiento novedoso porque actúa en una vía distinta a las terapias anti-TNFalfa’.
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