Disponible un nuevo tratamiento para el cáncer de próstata resistente a castración con metástasis óseas

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Las autoridades sanitarias españolas han aprobado recientemente dicloruro de radio-223 para el tratamiento de pacientes adultos con cáncer de próstata resistente a castración con metástasis óseas sintomáticas y sin metástasis viscerales conocidas. ‘La mayoría de los hombres con cáncer de próstata resistente a castración presentan metástasis óseas. Éstas pueden causar dolor y son la principal causa de mortalidad en los pacientes con cáncer de próstata. El profundo impacto de las metástasis óseas debe tenerse en cuenta como un punto clave en el tratamiento de la enfermedad’, ha comentado el Dr. Joan Carles Coordinador de la Unidad Genitourinario, SNC y Sarcomas, del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Vall d’Hebrón.

‘El beneficio en la calidad de vida y en la supervivencia global observada con dicloruro de radio 223 supone un avance para los pacientes con cáncer de próstata resistente a castración’, ha añadido el Dr. Carles. El dicloruro de radio 223 es un agente emisor de partículas alfa con un efecto anti-tumoral en las metástasis óseas, que ha demostrado una mejora en la supervivencia global (SG), una buena tolerabilidad y ha retrasado el tiempo hasta la aparición del primer evento oseo sintomático (SSE) en comparación con placebo, como muestran los resultados del estudio fase III ALSYMPCA. ‘Este agente actúa frente a las metástasis óseas, ocasionando un potente efecto citotóxico localizado que resulta en un aumento de la supervivencia. Esto es un avance en el tratamiento de este tipo de cáncer tan agresivo’, ha señalado el Dr. Ángel Soriano, Jefe de Servicio de Medicina Nuclear, del Hospital General Universitario de Ciudad Real.

El cáncer de próstata es el más común entre los hombres de los países desarrollados y representa la quinta causa de muerte por cáncer en hombres. En España, el cáncer de próstata es el tumor más común entre los hombres, por delante del cáncer del pulmón y el colorrectal. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) la incidencia en España, en el año 2012, fue de 27.853 nuevos casos, lo que supone un 21,7% de todos los tumores, con 5.481 fallecimientos por esta causa, lo que supone el 8,6% de los fallecimientos por cáncer, y una prevalencia a los cinco años de 102.559, esto es un 31,4%.

Cuando el tumor invade estructuras cercanas, incluido huesos y nódulos linfáticos, se trata de un tumor metastásico. Se dice que es resistente a castración cuando el tumor crece, a pesar de los bajos niveles de testosterona (normalmente definidos como < 50 ng/mL). El cáncer de próstata resistente a castración (CPRC) es una enfermedad con alto impacto en la calidad de vida del paciente dada la tendencia del tumor a inducir metástasis (CPRCm).

El 10−20% de los pacientes con cáncer de próstata desarrollarán CPRC en aproximadamente 5 años. El pronóstico cuando entran en esta fase es claramente peor y la supervivencia más reducida (9−30 meses). Aproximadamente un 90% de los pacientes con CPRC metastásico muestra evidencias de metástasis óseas, un foco crítico del tratamiento, puesto que son una de las principales causas morbilidad y mortalidad. Por lo general, las metástasis óseas se presentan en la columna lumbar, vértebras y pelvis. Una vez que las células cancerosas se asientan en el hueso, ocasionan dolor, pudiendo derivar en fracturas y a otras complicaciones, que pueden afectar significativamente la salud y la calidad de vida del paciente.

‘Se necesitan nuevas opciones de tratamiento para este tipo de pacientes con cáncer de próstata, que contribuyan a mejorar su supervivencia y su calidad de vida’, ha señalado el Dr. Carles. ‘Hay pacientes con esta enfermedad que podrían beneficiarse de dicloruro de radio 223 y de su capacidad para prolongar la vida y retrasar los eventos óseos sintomáticos, como la compresión de la médula espinal y la necesidad de radioterapia de haz externo para el dolor óseo’.

Los eventos óseos derivados de las metástasis óseas ocasionan dolor, en la mayoría de los pacientes, afectan a la movilidad, pueden ocasionar colapso vertebral o deformidad, y derivar en hospitalizaciones, con el consecuente impacto en la calidad de vida del paciente.

Los tratamientos locales (prostatectomía radical y radioterapia) y la privación androgénica son la piedra angular del tratamiento del cáncer de próstata. La mayoría de los pacientes con cáncer de próstata en estadio avanzado reciben tratamiento con terapias hormonales tales como antagonistas o antiandrógenos de la hormona liberadora de la hormona luteinizante (LHRH). Sin embargo, la respuesta al tratamiento no suele ser duradera (18–24 meses) y, con el tiempo, los pacientes comienzan a mostrar signos de progresión independientemente del bloqueo hormonal, el cáncer se vuelve resistente a la terapia hormonal. Además de los tratamientos comunes establecidos para el CPRC, en el último año se han aprobado nuevos agentes para el cáncer de próstata y para las metástasis óseas asociadas a este tipo de cáncer.

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