La formación y la evolución tecnológica son dos ingredientes clave para el desarrollo de la salud del futuro. Por ello, no podía excluirlas de mis reflexiones sobre cómo creo que algunas tendencias que están cambiando la sociedad afectarán el ámbito de la salud en el futuro. Esta tercera entrega completa la lista de ‘ideas para el año 2030’.
Con respecto a la formación, merece la pena insistir en la transformación que está viviendo el propio concepto de educación. Ya no tiene sentido que aprendamos cosas de memoria, sino que debemos aprender a utilizar la tecnología para saber llegar a ese conocimiento. En este marco, escuelas y universidades se convertirán en espacios de aprendizaje continuo, de reciclaje constante, en laboratorios para aprender a vivir y a encontrar el conocimiento que necesitamos. La tecnología será el vehículo para tener una formación más personalizada.
El segundo ingrediente clave en el desarrollo de la salud es la evolución tecnológica. La tecnología está avanzando más rápido que la capacidad humana de averiguar cómo sacar provecho a sus avances. Esto nos expone a vivir en una emergencia constante por adaptarnos a la evolución tecnológica. Para no entrar en esta depresión, debemos hacer la tecnología más intuitiva y usable e incorporarla para necesidades reales.
Xavi Olba, responsable de estrategia digital de Sanofi.