La lucha por volver a tener una televisión pública plural y objetiva continua. Los trabajadores de TVE no están dispuestos a tirar la toalla y menos cuando peor se ponen las cosas, es decir, cuando se acercan elecciones. Es ahí cuando el Gobierno tensa más la cuerda sobre la línea editorial de los medios públicos.
Una situación que se produce en la actualidad cuando nos encontramos sumidos en plena campaña electoral de cara a los comicios autonómicos y municipales del 24 de mayo. Los sesgos en el tratamiento o en la cobertura ofrecida a las diferentes formaciones políticas generan el rechazo de unos trabajadores que ven como las directrices de la dirección se imponen a la consigna de informar y de ofrecer un servicio público de calidad.
Pero la batalla va más allá, porque dejando a un lado las numerosas protestas por la información electoral ofrecida en TVE ahora otro asunto comienza a preocupar a la plantilla. La irrupción de numerosas informaciones de corte amarillista es una realidad que ya se encuentra plasmada en la escaleta de los Telediarios de La 1.
Además, durante las últimas jornadas las noticias que rozan amarillismo han llegado incluso a abrir los espacios informativos de TVE. Pero este cambio de rumbo no es algo casual. Los máximos responsables buscan ganar audiencia a toda costa e intentar robar espectadores a las cadenas privadas. Máxime cuando el declive de los Telediarios de La 1 no parece tener fin y cuando ya no pueden sostener por más tiempo la afirmación de ser líderes.
Hace tiempo que dejaron de serlo a manos de las cadenas comerciales y también hace mucho que los profesionales de TVE luchan por recuperar esa posición hegemónica bajo el auspicio de la pluralidad y lejos de las premisas progubernamentales.
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