¿A qué director de Comunicación no le importa hacer el ridículo o faltar a la ética con tal de lograr que le incluyan en la lista de invitados de una exclusiva velada que tendrá lugar en dentro de varios meses en La Moncloa?
De Alcobendas a Moncloa

Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible
Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible