ALIANZA POPULAR ¡QUE VIENE!

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A Simón Viñals Pérez le habían hecho presidente de Alianza Popular (AP) en la sede de Nuestra Señora de Luján (Chamartín). El médico era muy simpático, agradable y siempre miraba por su culo, y el de los demás, como después ha demostrado sobradamente le importaba -como a Ana Botella– poco menos que nada (paladas de Arena sobre su gestión). Y su jefa de prensa a la tele, que vergüenza. En aquellos años, en los que AP se lanzaba a ganar las calles, ‘Las Niñas de AP’ eran todo un espectáculo. Rubias (de bote, o no), monísimas, niñas bien que se cruzaban a la otra sede… iban de Luján a Moncloa (donde militaba Cristina Cifuentes, la amiga de la marea), a Suero de Quiñones, y vuelta, y luego a Génova, donde conocí a una marquesa que le daba 100 kilos a Don Manuel.

Cristina, que no la abogada del Estado de Derecho, era una política criada a la sombra en Madrid, y que se hizo famosa después de su paso por la Delegación del Gobierno, dedicada al borrado de todo lo pasado, lo que afea, lo que no mola… para que quede todo como limpio, sin mácula, como una patena. Manifestaciones en bolsas de compra.

La llegada de Cristina Cifuentes a la primera línea de la política madrileña se ha producido después de descabalgar Rajoy al actual Presidente, Ignacio González al que avalan todos los indicadores económicos y sociales, los datos de crecimiento, paro… Entonces ¿por qué? Está claro que la pérdida del Partido Popular le llevará a datos no recordados. Mariano Rajoy se tendrá que enfrentar con la recolocación de más del cincuenta por ciento de los pesebreros y asesores, y Madrid tiene unas grandes tragaderas, además del partido más saneado de todos. Y con la llegada del nuevo tesorero, Luis Bárcenas, ¡Que viene! Además, si en el Partido Popular en Madrid se repartiesen el poder Esperanza Aguirre y Nacho González, Mariano no entraría ni el día de la fiesta del patrón. Y se plantearía de nuevo si el Partido Popular debe ser de derechas y liberal (González/Aguirre); de derechas (Rajoy); de derechas, izquierdas y Prisa (Soraya); del pacto, de la tajada, de el Pocero, de los contratistas (Cospemal)… Sería el PP, el de siempre, el del brasas de José María Aznar, del tonto de Rodrigo Rato, del listo de Sanchís, Naseiro, Lapuerta, de las Niñas de Moncloa/Chamartín… Hubo un acuerdo en la Transición: ‘Dejar la Derecha a Fraga que éste es un salvaje y se la come él solo de lado a lado’. Así se hizo y así está. No han evolucionado, la marquesa murió, pero estos años habrán sido sus herederos o los de mi portera La Petra. Se lo dedico a la memoria de mi hija Fractucena.

MI FELICITACIÓN DE HOY

A Salvador Victoria, Presidente del Canal de Isabel II por el monísimo equipo que ha contratado para que luchen contra los que se niegan a pagar los recibos de los insumos acuáticos. Algún día, en breve, beberemos Agua del Canal en nuestras playas, como la de Solares.

LA MALDAD DEL DÍA

Qué conocido presidente de una Caja de Ahorros que no ha cambiado el nombre, se dedicaba en tiempos de Manuel Pizarro a pagar a las asociaciones de consumidores para que se callasen delante de la Inmaculada y corrían por el Paseo Imperial para llegar a dar unas bolitas al Pinseque. En aquellos años de nacimiento de los Unit links, productos de la tercera generación, que creaban heridas en las piernas de los que estaban en las mesas de contratación. Por fin cambiaron los pomos de las puertas de madera del portal de La Petra, la pobre mujer no tenía diez de los veinte dedos de cada mano, siempre se los contaba hasta cuatro veces. Su hijo, cazurro donde los haya se los unía con unas gomas de banco que le daban en el Banesto, entonces Central, hoy Santander de la Glorieta de Bilbao. Comí unos ricos bocados de gamoneu y cabrales con zuritos. A ella, a La Petra le encantaba imitar a Don Camilo y sorber una palancana de agua por el bostezo de su orto. Acqua a la Corda… El Condottiero Gattamelata me recuerda a Doña Carmen Burgos que me enseñó a amar a las momias. Os tengo que contar muchas más historias de mi vida ligadas a la de mi querida portera La Petra. Mi amigo Ignacio Sánchez León lo elevó al sumun. Gracias Brother.

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