Eduardo Sánchez Salcedo (ACOP Aragón): Garabatos políticos

Eduardo Sánchez
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En estas fechas se están conformando los equipos de gobierno en muchas comunidades, diputaciones, ayuntamientos… Tienen por delante todo un mandato, cuatro años en los que será fundamental cómo se aborden estas primeras semanas: días de llamadas, de reuniones siempre largas, prisas para tomar unas decisiones con las que demostrar el ímpetu de los inicios…

En esa vorágine, la mejor inversión es encontrar el tiempo preciso para no hacer nada. O, mejor dicho: para pensar y reflexionar, pero sin actuar. Los equipos se asoman al gobierno con la ilusión de un grupo de niños y niñas a quienes entregan un balón nuevo. Bien, pero… ¿a qué jugamos? A fútbol, a baloncesto, a balonmano… ¿Y cómo es el equipo, cuáles son las fuerzas y debilidades? ¿Qué valores queremos transmitir? ¿Cómo queremos que se nos perciba y se nos recuerde? ¿Queremos mostrarnos como un equipo solvente, resolutivo, luchador, rebelde, serio, cercano…? Dejar el balón quieto en el suelo es la primera decisión estratégica, antes de saber si debemos tocarlo con el pie o con la mano, cuál es el campo y cuál es la portería –o la canasta- propia y la rival.

Hemos de saber ubicar mentalmente, con los ojos cerrados, dónde está la canasta donde queremos anotar. Hagamos garabatos, como los entrenadores de baloncesto en los tiempos muertos. Lo más emocionante y creativo es imaginar las canastas que más nos interesen. En este guión por escribir, nos puede inspirar la banda “Siniestro Total” para definir “quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos”, y si estamos “solos en la galaxia o acompañados”. Si nuestra peli es una del oeste, deberemos fijar y definir con precisión quiénes, cómo y cuántos son los indios y los vaqueros. Y sus caballos, las flechas, los plumajes… Todo.

Parece obvio, pero no lo es: con demasiada frecuencia vemos gobiernos y partidos que no tienen claro su relato. Y, sin relato, no hay mensajes que puedan comprenderse de forma argumentada y emocional, coherente y cabal, reconocible y diferente del resto de opciones. En los últimos meses se han constatado cambios muy acusados en los dos grandes partidos sobre cuál era su público objetivo, a quiénes se dirigían y contra quién lanzaban sus mensajes: del cuerpo a cuerpo frente a las nuevas formaciones han pasado a la lucha por el medio centro, por el que ambos compiten. Los dos grandes buques parecían buscar su caladero a tientas, más por el ensayo-error que por estrategia o convicción.   

En marketing –también en el político- no se puede dudar sobre quién es el cliente, dónde está y qué quiere, cómo es tu producto, tu valor y tu diferencial sobre la competencia. Y, ante todo, cómo vas a ganar la confianza y la complicidad, cómo vas a entrar a formar parte de su vida, con naturalidad, compartiendo un proceso de aceptación y convencimiento. Sí, en los primeros días de cualquier proyecto político, hacer garabatos es la mejor inversión.

Eduardo Sánchez Salcedo, Asesor de comunicación. Delegado de ACOP en Aragón
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