Qué nos ha enseñado el ébola en materia de comunicación pública

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La epidemia de ébola que se dio entre diciembre de 2013 y noviembre de 2014 ha sido el mayor brote epidémico de la enfermedad. Se originó en Guinea, y desde allí se extendió hacia Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Senegal, Estados Unidos, España, Malí y Reino Unido. Un brote epidémico de estas magnitudes (la Organización Mundial de la Salud registró 13.633 infecciones y 5.000 muertes en todo el mundo) y que afectó tanto a países desarrollados como a países en vías de desarrollo, ocasionó gran alarma social ante la posibilidad de que el virus del ébola se extendiera aún más y sin ningún tipo de control.

En este sentido, la comunicación pública de la enfermedad adquirió gran importancia y, como suele ocurrir en otros brotes epidémicos, la comunicación se vuelve una parte fundamental de la evolución de la epidemia en cuestión. Es precisamente de la comunicación del ébola de lo que trata el Informe Quiral del ejercicio de 2014, titulado ‘La comunicación pública sobre la enfermedad del ébola’. Tras un análisis minucioso de noticias sobre el virus en medios de comunicación y del comportamiento de los internautas, en el informe se concluye que ‘la única fórmula que puede ayudar a mejorar la comunicación en casos de brotes epidémicos es prepararse previamente para tomar decisiones rápidas y bajo presión’.

No obstante, dentro de las conclusiones, el Informe Quiral se reserva un espacio muy importante para tratar los diversos dilemas éticos que pueden surgir, por una parte, ante la comunicación de brotes epidémicos y, por otra, ante la necesidad de comprender cuáles son los que afectan a las actuaciones encaminadas al control, prevención o eliminación del brote. Se precisa que los distintos dilemas éticos ‘deben estar bien pensados, reflexionados, integrados y digeridos’ en el momento del surgimiento de una crisis sanitaria como la del ébola.

El Informe Quiral considera que los principales dilemas éticos que pueden aparecer en la gestión y comunicación de un brote epidémico en general (o el ébola en particular) son los siguientes: derecho a la información versus derecho a la privacidad (y dignidad); libertades civiles individuales versus protección de la salud pública; deber de asistencia propio de los profesionales de la salud versus su derecho a la seguridad personal; necesidad de establecer medidas para controlar el brote versus los daños colaterales que dichas medidas pueden generar y, por último, derecho a recibir tratamiento versus la prevención de daños injustificados.

Así, habiéndose preparado previamente para la toma de decisiones rápidas y bajo presión y conociendo de antemano los principales dilemas éticos que pueden surgir, la comunicación pública de un brote epidémico de estas características puede resultar más satisfactoria en el futuro.

Seguiremos informando…
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