Las Google Glass estaban llamadas a ser las gafas del futuro. Podríamos recibir información de todo tipo en tiempo real en su diminuta pantalla e incluso seguir instrucciones a través de una voz que susurraría a tu oído direcciones o lo que le solicitaras pero, finalmente, dos años después de que se iniciara la era de los ‘exploradores’, nada de esto ha pasado. ¿Qué les sucedió?
Muchos podrían pensar que las Google Glass han muerto y que fue un proyecto fracasado de Google, pero el propio presidente ejecutivo de la empresa Eric Schmidt, dijo a principios de año que el proyecto continuaba, aunque las gafas, que habían tenido un valor de 1500 dólares, se descontinuaban para poder centrarse en el dispositivo final que llegaría a manos de los usuarios. Pero desde entonces, silencio y rumores, muchos rumores.
A finales de julio el diario estadounidense The Wall Street Journal aseguró que sus fuentes le indicaban que las Google Glass ya no serían para usuarios comunes y corrientes, sino para empresas. Pero… ¿qué había pasado con esa era dorada en la que podríamos ser como Los Supersónicos?
El reporte de este diario, que suele tener fuentes muy sólidas, indicaba que Google había comenzado a distribuir una nueva versión de las Google Glass para empresas. Estas gafas estarían especialmente diseñadas para lugares de trabajo como áreas de salud, manufactura y energía.
Estas gafas tendrían un diseño totalmente diferente, puesto que incorporarían una visagra que permitiría adjuntar unas gafas de trabajo y protección de la vista. Además integraría un paquete de baterías y un prisma más largo para ver mejor las imágenes.
Muchos recordarán que la emoción por las Google Glass se fue apagando cuando muchos bares y cines comenzaron a quejarse por la privacidad, lo que les llevó a colgar carteles de “restringido el paso con Google Glass”, debido a que la cámara se convirtió en foco de conflicto.
Pero, y entonces, qué pasará con las Google Glass. Si una cosa es segura es que los laboratorios Google X siguen trabajando en esta tecnología. El problema actual radica en que los usuarios comunes y silvestres no podrán usarlas. Muchos expertos en el área consideraron que su uso era inútil, que eran lentas y que de poco servían, lo que tampoco fue de mucho aliento para esta incipiente industria.
Sin embargo, dos de los creadores de las gafas, dijeron en una entrevista reciente que los usuarios sí utilizarían las gafas, pero que había que darles tiempo: “Todos compramos un celular con un propósito, y ahora hacen un montón de cosas”, dijo Greg Priest-Dorman, asesor tecnológico de Google X.
Mientras que Google pausa y trabaja en las gafas, otras empresas como Microsoft evolucionan el concepto llevándolo a la realidad aumentada con las gafas HoloLens, que tendrán uso personal y profesional, y que incluso han estado a punto de servir a los astronautas de la Estación Espacial Internacional en su trabajo diario, primero para comunicarse a través de Skype y seguir instrucciones, y segundo para ver en 3D videos tutoriales y grabar lo que están haciendo. El futuro será con gafas, sean las Google Glas, las HoloLens u otras que estén por venir.
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