Más del 50% de los millennials no aspiran a poseer un coche, un piso, o una oficina, sino a disfrutarlos. Carsharing, co-working y crowdfunding son tres modalidades esenciales en este movimiento de consumo. Trabajar en una gran multinacional, comprar un piso, un coche o tener el armario lleno de vestidos pertenece a un modo de vida que se ha quedado obsoleto entre los millennials (nacidos entre 1985 y 1994). Poseer ya no es el objetivo de más del 50% de estos jóvenes, que ahora solo anhelan disfrutar de esos bienes que antes se adquirían. Sólo los smartphones escapan a esta tendencia, y un 84% de los pertenecientes a la generación Millennial posee uno, como pone de relevancia el estudio ‘Millennials’ de GlobalWebIndex.
De esta mentalidad surgen nuevas iniciativas de economía colaborativa y nuevos perfiles de personas que no tienen oficina ni jefes, y que trabajan como autónomos en centros de co-working. Estos centros facilitan las sinergias entre freelancers al mismo tiempo que contribuyen a compartir gastos. Otras prácticas, como el carsharing o alquiler de coches por horas, han surgido ante la escasa necesidad de poseer un vehículo privado en grandes ciudades. Al contar con una tupida red de transporte público, los urbanitas sólo necesitan el coche de forma ocasional. “¿Para qué comprar un coche si puedes utilizar uno cuando quieras sin pagar gastos de mantenimiento, parking, seguro o combustible?”, plantea Gabriel Herrero-Beaumont, Presidente de la start-up española de carsharing Bluemove. Y es que los 20.000 usuarios de Bluemove solo pagan por lo que usan. Reservan desde la App un coche entre el más cercano de los 85 parkings disponibles en Sevilla y Madrid, conducen y cuando terminan dejan el coche en el mismo parking. Y así, no es necesario comprarse un coche, y pagar seguro, parking y gasolina.
Esta generación está vinculada a la tecnología como ninguna otra anteriormente hasta el punto de que, según el ‘Estudio sobre los hábitos de movilidad de los madrileños y su sostenibilidad’ realizado por Bluemove y Doymo, el 61% prefiere tener acceso a Internet en casa a tener un coche. Así, los millennials abogan por alquilar online un taladro si toca reforma, o un vestido de fiesta con todos sus complementos si es tiempo de asistir a una fiesta o ceremonia. Se acabó eso de tener el armario lleno de objetos inservibles casi sin estrenar.Para viajar a otro país, los millennials son los principales abanderados del couchsurfing, de forma que no pagan por dormir allá donde van. También son grandes partícipes en campañas de crowdfunding para ayudar a amigos o a completos desconocidos a desarrollar sus proyectos artísticos. Incluso los conciertos en pisos privados son el pan de cada día. Son fenómenos ya populares y ellos no se extrañan.
