Reino Unido empieza a monitorizar los signos vitales de pacientes operados con un parche inalámbrico

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La imagen de una enfermera termómetro en mano haciendo las rondas de habitación en habitación para comprobar que los signos vitales de sus pacientes sometidos a cirugía continúan estables puede haber pasado a la Historia. El hospital británico de la Universidad de Sr. James (Leeds) ha comenzado a probar un parche inalámbrico ligero que monitorea remotamente las estadísticas de las funciones corporales más básicas: el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la temperatura. El parche toma lecturas cada dos minutos y envía los datos de forma inalámbrica a los sistemas informáticos del hospital. Si las lecturas exceden los umbrales preestablecidos, se emite una alerta a los profesionales de Enfermería.

Para conocer la verdadera utilidad de este dispositivo wearable, su seguridad y su rentabilidad se está llevando a cabo una prueba inicial en 100 pacientes que se recuperan de una cirugía intestinal. Precisamente estos pacientes suelen tener un alto riesgo de complicaciones, circunstancias en las que ‘es importante que los médicos sean capaces de intervenir lo más rápidamente posible’, señala David Jayne, profesor de Cirugía en St James y máximo responsable de supervisar el programa. En este sentido, contar con un dispositivo que detecte cualquier deterioro de los signos vitales incluso antes de que surjan complicaciones que amenacen la vida del paciente ‘tiene el potencial de desempeñar un papel muy importante’, asegura el doctor.

Pero además de ayudar al personal sanitario a anticiparse a los acontecimientos en los hospitales, este parche podría reducir la necesidad de tratamientos más costosos y acortar la estancia. Si los resultados de este piloto resultasen positivos, el parche inalámbrico podría ser implantado en todo el Sistema de Salud de Reino Unido. No obstante, todavía es pronto para saberlo. Durante la evaluación para determinar si el wearable permite una detección más temprana de complicaciones post-operatorias, se compararán los resultados con la supervisión estándar del personal del hospital.

Los expertos en salud prevén que la revolución digital liberará recursos y permitirá a los pacientes llevar un control estricto de su propia salud. Pero además, se estima que a la fase digital ahorrará en el NHS hasta £ 5000 millones en la próxima década.

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