‘Ilustres Ignorantes’ es lo que ven en Movistar+. Ni más, ni menos. Sin trampa, ni cartón. A las 19:30 horas se abren las puertas del Teatro Galileo Galilei. Entra el público. Se abren paso Javier Coronas, Javier Cansado, Pepe Colubi y los invitados. Se sientan en la famosa mesa y llegan los últimos retoques. En menos de dos minutos el programa está en marcha. En directo, sin cortes y sin artificios. El público ríe y aplaude con total espontaneidad y muchos se llevan las manos a la cabeza con ciertos comentarios, especialmente con los subidos de tono. En ese aspecto el ‘rey’ es nuestro entrevistado: Pepe Colubi. Charlamos junto al copresentador de ‘Ilustres Ignorantes’ acerca de la nueva temporada del programa en Movistar+ y cuya principal novedad es que el espectador tendrá ahora una cita cada semana con los ‘Ilustres’.
Nueva temporada de ‘Ilustres Ignorantes’ y con cita semanal y no quincenal, parece que algo estáis haciendo bien, ¿no?
Si nos lo dicen cuando empezamos, no lo habríamos creído. De hecho, ni siquiera creíamos que llegaríamos a la segunda temporada. Ni a la tercera. Ni a la cuarta. Y así hasta hoy. Lo mejor que hacemos en la labor de equipo. Aunque eso también lo dicen los futbolistas, que cobran mucho más que nosotros.
¿Cómo se lleva eso de tener éxito con un formato tan ‘irreverente’ como ‘Ilustres Ignorantes’?
Creo que se nota que somos los primeros en pasarlo bien y disfrutar del formato en ese momento único, irrepetible e imprevisible que supone cada grabación. Que, además de todo eso, tengamos la confianza de una cadena y el apoyo de un público cada vez más numeroso es para pensar que el dios de las loterías nos ha tocado con su varita. Sin olvidar que el camino ha sido largo. No duro ni peligroso, pero si paso a paso.
¿Qué tendría que cambiar en la televisión para poder ver un programa así en una cadena en abierto?
Tendrían que cambiar muchas cosas: la optimización de las franjas televisivas, la tendencia a los formatos complejos, la liberalización absoluta de contenidos y hasta el vestuario de los colaboradores… Pero tampoco hace falta verlo en abierto, ¿no? Yo estoy encantado con nuestra ubicación actual.
Permitirá el nacimiento de una gran plataforma como Movistar+ -además del crecimiento de la televisión de pago en España- la proliferación y la continuidad de este tipo de programas de producción propia?
Pues sinceramente, yo creo que… Un momento, ¡casi contesto como si yo fuera director de programación o contenidos de Movistar! Y todavía no lo soy. Y nunca lo seré, a menos que me ofrezcan el puesto. Tengo fe en la producción propia de la nueva plataforma porque se ha juntado mucha gente válida que sabe hacer cosas. Y, honestamente, creo que ‘Ilustres Ignorantes’ está en condiciones de consolidarse como buque insignia de la producción propia, no sólo de esta plataforma, sino del planeta Tierra, la Vía Láctea y parte del universo asimilable en términos cuánticos.
¿Es la improvisación la única clave de ‘Ilustres Ignorantes’ para gustar al espectador?
Es uno de sus grandes atractivos porque el espectador casi puede oír el proceso de ‘creación’ de un chiste dialogado, de un running gag, de una broma que no siempre puede o debe funcionar. Pero hay más claves: el apoyo entre las cinco personas que se sientan en cada programa, ese ‘estar a favor’ es muy agradecido de ver. Y la libertad absoluta. Y la comunión con el público presente en cada grabación. Y el pelazo de Coronas, claro.
¿Cualquier tema puede tomarse con humor o crees que hay alguno que nunca podría tener cabida en el programa?
Más bien diría que cualquier humor pude tomarse como tema. Creo que hemos tratado todos los temas posibles en ‘Ilustres Ignorantes’ porque cada pregunta abre docenas de puertas a posibles vías de respuesta. Más que autocensura me gusta usar la idea de sentido común. No todo el humor es bueno por el simple hecho de ser humor: la brutalidad sin elaboración o contexto no tiene por qué ser graciosa.
¿Resulta más difícil en los últimos años hacer reír al espectador?, ¿Hemos perdido con la crisis parte de nuestro humor?
El humor siempre es necesario, en cualquier situación o circunstancia. No me gusta esa idea de que en tiempos de crisis hay que reírse más. La risa tiene que formar parte del disco duro, y me gusta el ejemplo de los funerales: no puede haber una situación más dura que la pérdida de un ser querido y, sin embargo, si la relación con esa persona ha sido sana, la risa aflora de manera muy natural.
¿Cuál ha sido el invitado que más te ha sorprendido de la larga nómina de nombres conocidos que se han sentado en la mesa de ‘Ilustres Ignorantes’?
Podría mencionarte muchísima gente, pero recurro al cuarto Ilustre oficioso: Pepín Tré. Su magnetismo es irreversible.
¿A quién te gustaría tener en el programa y aún no ha pasado?
A María Dolores de Cospedal.
¿Se resisten muchos invitados a acudir cuando el programa se pone en contacto con ellos?
En esos vericuetos me pierdo porque yo no contacto con ellos. Me consta que mucha gente se lo piensa antes de venir, pero luego siempre son los que quedan más contentos porque han comprobado que no duele.
El primer tema que se te vendría a la cabeza para debatir en el programa…
Esa gente que lleva troley en las estaciones y parecen andar más rápido que su maleta, como que se la dejan atrás y tú tropiezas con ella. Los acribillaría a tartazos de nata montada.