La Comunicación Científica en la era del 2.0, nuevas crisis y nuevos retos

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Tradicionalmente, la Comunicación científica y las noticias sobre ciencia han ocupado un segundo plano en la información mediática, no abarcan las portadas de los periódicos ni abren los telediarios en la televisión. ‘Los estudios y encuestas sobre percepción pública de la ciencia revelan que los temas de ciencia interesan a la población, pero este hecho no siempre se refleja en el espacio que les conceden los medios de Comunicación’, señala Gema Revuelta, profesora del Máster de Comunicación Científica, Médica y Ambiental (UPF-IDEC). Sin embargo, es imprescindible una buena Comunicación de la ciencia, que acerque las innovaciones y progresos a los ciudadanos al margen de este ámbito, ya que los avances en este campo representan un pilar básico en la sociedad.

Roi Villar Vázquez, vicepresidente de  la Asociación de Comunicadores de Biotecnología y socio participante de I Love Science, la plataforma de referencia en divulgación y crowdfunding de ciencia, asegura que ‘vamos evolucionando, y me gusta mucho el ejemplo de la TV. De Tres14 y Redes pasamos a Orbita laika y Famelab. Del puro documental vamos a la ciencia de entretenimiento, no obstante, todavía queda mucho para que las ciencias sean una sección importante de un informativo’.

La aparición de internet, las nuevas tecnologías y las redes sociales han incrementado considerablemente el flujo de información científica al que tenemos acceso. Además de numerosas ventajas, este escenario en el campo de la ciencia presenta nuevos dilemas. Cabe preguntarse qué papel tienen los científicos e investigadores en el proceso de Comunicación científica. Para abordar estas cuestiones expertos, profesionales y divulgadores se reúnen en el V Campus Gutenberg, una iniciativa que impulsa el Máster de Comunicación Científica, Médica y Ambiental (UPF-IDEC) y la Obra Social ‘la Caixa’, en colaboración con el Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad (CCS-UPF) y la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC).

Según Roi Villar, ‘si entendemos como científicos aquellos investigadores que trabajan en centros públicos, decididamente amateur; no obstante, conozco a brillantes científicos que aunque no generan información, se dedican a hacerla comprensible como su modo de vida’. Por su parte, Gema Revuelta asegura que ‘los científicos, cada vez más, son conscientes de la importancia que tiene impulsar la cultura científica para el progreso social, y de la necesidad de dar a conocer los resultados y el interés de sus investigaciones al gran público…Para conseguirlo, deben aumentar sus habilidades comunicativas’. La ciencia exige de los científicos la capacidad y el esfuerzo de hacer los contenidos científicos comprensibles a un público más amplio y diverso que al que habitualmente se dirigen.

Ante las constantes innovaciones en herramientas tecnológicas y la imparable aparición de nuevos canales para comunicar, las tradicionales publicaciones académicas, de acceso más complicado para el público no especializado, están viéndose afectadas. Según Villar ‘están en crisis profunda tanto el modelo de pay per access como el modelo de open access (que encubre un pay for publish). Además, hay que tener en cuenta que son mundos muy tradicionales y que, por tanto, la Comunicación académica no es muy receptiva a la vanguardia de nuevas narrativas o canales’. A pesar de esto, Revuelta asegura que ‘las publicaciones académicas siguen siendo un elemento de gran valor para la comunidad científica’.

Con la llegada de la web 2.0 y las redes sociales la Comunicación de la ciencia ha encontrado un nuevo potencial para su desarrollo y el conocimiento científico está al alcance de un clic. Esta facilidad de acceso genera un nuevo conflicto, el de ser capaces de discernir entre información fiable y pseudociencia. ‘La herramienta que tenemos a mano es la de la autoría: introducir en un buscador cualquiera el autor de la información nos dará una visión más o menos aproximada de la veracidad del autor. Esto es algo importante en un momento en que Mariló Montero recomienda oler limones para evitar el cáncer’, asegura Roi Villar. Gema Revuelta coincide con él en que ‘la clave reside en la fuente, conocer quién es la persona o entidad que emite la información para poder valorarla y contextualizarla’. A pesar de los numerosos avances, en innegable el hecho de que aún existen numerosas barreras para el acceso al conocimiento científico de vanguardia, ‘todavía nos falta una herramienta fiable’, sentencia Villar.

Los blogs científicos, creados por investigadores, profesores universitarios, incluso becarios de investigación, son actualmente una de las herramientas más utilizadas para la difusión de información. Sin embargo, existen numerosas dudas sobre la eficacia de estas publicaciones a la hora de divulgar conocimiento científico. Independientemente del interés que generan, Gema Revuelta señala que ‘para llegar al gran público es necesario que exista una apuesta estratégica por la Comunicación desde la dirección del centro y una concienciación de los propios investigadores que trabajan en él’. Por otro lado, muchos blogueros científicos han conseguido alcanzar un nivel de influencia importante. ‘Solo con existir, ponen de manifiesto que la ciencia importa. Ha habido casos que, por ejemplo, López Nicolás consiguió que alguna empresa alimentaria modificase campañas de marketing’, explica villar. La proliferación de este formato obliga actualmente a algunas marcas a asegurarse la difusión de información veraz y contrastable en sus campañas.

En las últimas décadas, la Comunicación científica ha experimentado grandes cambios. Desde los nuevos canales de difusión, hasta la percepción que tiene el gran público del conocimiento científico. Este panorama cambiante ha traído consecuencias ya visibles tanto en el mercado de la información sobre ciencia como en el ámbito laboral, generando nuevos perfiles profesionales. Con todo esto, es imprescindible señalar cuáles son las expectativas y nuevos retos de la Comunicación científica. Revuelta hace énfasis en que ‘un reto importante es potenciar las actividades de divulgación científica para llegar al gran público que se organizan desde los centros de investigación, entidades diversas (museos, foros, etc.)  y organismos públicos, así como las que se dirigen a las escuelas para incrementar la cultura científica, en general, de la población, así comoadaptarse y también estar abierto a las nuevas necesidades de Comunicación’. En relación al outreach, es decir, difusión de contenido propio en sitios externos, Villar apuesta por la ‘profesionalización’.

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