¿Existen palabras ‘mágicas’ que afectan a la percepción que tiene un paciente sobre la eficacia de un medicamento?

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Aunque las habilidades comunicacionales son parte del quehacer de un buen médico y de cualquier organismo que se dedique a velar por la salud de la población, existe evidencia de que la Comunicación sigue siendo hoy en día uno de los grandes desafíos en el ámbito sanitario. En esta disciplina, la selección de las palabras cobra una importancia capital. Éstas pueden funcionar como obstáculos autolimitadores para el paciente o alimentar su mente despertando en él sentimientos positivos que le impulsan a llevar a cabo sus propósitos con más facilidad. Cuando se trata de dar a conocer los beneficios de un nuevo medicamento, las palabras escogidas son tremendamente importantes. Investigadores del Dartmouth Institute for Health Policy & Clinical Practice lo han demostrado recientemente: hay palabras ‘mágicas’ que provocan una percepción positiva de la eficacia del medicamento en el paciente.

Tal es el caso del adjetivo ‘prometedor’. Sin embargo, las palabras mágicas por excelencia son ‘gran avance’. En su uso cotidiano, este sintagma nominal hace referencia a un adelanto muy significativo o definitivo en el ámbito farmacológico. Sin embargo, desde la creación de la Ley de Seguridad e Innovación en 2012, la FDA permite la designación de ‘avance’ cuando se refiere a drogas que, estando en fases preliminares, ‘traten una enfermedad grave o potencialmente mortal’ y que ‘puedan demostrar una mejora sustancial sobre las terapias ya disponibles’. Estos fármacos suelen recibir lo que se conoce como la aprobación acelerada. Desde la creación de esta Ley, todos los comunicados de prensa de la FDA que anuncian la aprobación de medicamentos innovadores han utilizado el término ‘gran avance’, mientras que alrededor de la mitad utiliza el término ‘prometedor’.

Esta situación motivó a los investigadores a desarrollar un estudio en el que se probase que hay palabras que afectan al juicio de la gente que tiene menor formación e información sobre Medicina. Steven Woloshin, investigador de este estudio publicado recientemente en Archives of Internal Medicine, explica que ‘a menos que los pacientes entiendan completamente el modo en que la FDA está utilizando el término, este mensaje puede provocar que desarrollen una confianza injustificada o una falsa creencia sobre la efectividad de un medicamento’.

Los investigadores utilizaron cinco breves descripciones emitidas como nota de prensa por la FDA sobre la aprobación de un medicamento en las que aparecían términos neutros o se les añadía las palabras ‘definitivo’, ‘prometedor’ o ‘gran avance’). Cada participante recibió una descripción al azar y juzgó los beneficios, daños y solidez de las pruebas realizadas al medicamento.

El estudio concluye que al añadir ‘avance’ o ‘prometedor’ en la descripción aumenta significativamente el porcentaje de participantes que calificaron la droga como ‘muy’ o ‘completamente’ efectiva (25%) en comparación con la descripción en la que se prescindía de estos términos (11%). El hecho de incluir estos términos también provocó un aumento de la percepción de que el medicamento es ‘fuerte’ o ‘extremadamente fuerte’ (59% y 63% frente al 43%). Cuando se les preguntó por el medicamento que tomarían en caso de serles diagnosticada una enfermedad potencialmente mortal, el 92% eligió el medicamento presentado como ‘gran avance’.

Estos resultados dan fe de que, aunque nuestro cerebro siga siendo treinta veces más potente que el mayor superordenador que se haya desarrollado hasta el momento, las palabras siguen teniendo un gran poder sobre él para dirigirlo de manera óptima hacia la consecución de los resultados que uno desea, tenga buenas o malas intenciones.

Seguiremos informando…
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