El otro día se quejaba una amiga de que a Paco Granados le tienen retenido en la cárcel desde hace un año. Según contaba mi informante el juez Eloy Velasco está buscando el hilo de la financiación del Partido Popular en el Sur del Sur de la Comunidad de Madrid. Allí el único partido que financió la Púnica, o los Púnicos fue el Partido Independiente de Valdemoro, que se financiaba desde el bolsillo de David Marjaliza Villaseñor, y que consiguió que el Partido Popular de Francisco Granados Lerena, se quedase en puertas de la alcaldía, dándosela al socialista José Huete López, que se encuentra en el epicentro de todo este marrón. Como el alcalde de Pinto, Antonio Fernández, o el de Parla, Tomás Gómez, ambos, también socialistas.
Nadie me escuchó en la Comunidad cuando les dije que Granados les vaciaría las arcas y les metería en líos gordos… como así ha sido.
La Púnica nace del acuerdo de socialistas y populares, que lo que buscan es enriquecerse, y Marjaliza en medio de todo el fregado, porque era el único que vivía de su trabajo: La especulación de terrenos y construcción de viviendas con todo tipo de problemas. La de los políticos era a ver quién se hacía más rico en menos tiempo. O quién entendía más de vinos de 60.000 pelas la botella, en el Chirón de Aranjuez que cerró, o el de Valdemoro, que ahí sigue, con Antonio haciendo de las suyas…
Si de verdad el juez Eloy Velasco quiere enterarse de algo de lo que allí sucedió, tendría que remontarse a las reuniones en polígonos industriales y asistir a cómo se mandaban sobres de uno a otro coche volando, llenos de billetes, para pagar comisiones e inconfesables secretos. Se ha armado demasiado revuelo para algo que está muy claro: ‘Los Púnicos trabajaban para ellos, para sus clientes políticos y para hacerse ricos’. Me cerraron mi medio de vida, y me hicieron firmar un documento en el que durante VEINTICINCO AÑOS no podría hablar de ello… jajajajajaja… Lo cuento aquí y donde sea menester.
Pero la Púnica sólo financió sus bolsillos. Para lo otro estaba el Centro Tierno Galván y sus cursos. O Aserval y las empresas de servicios que se llevaban cientos de millones en contratas. Y las recalificaciones, y El Restón, y Las Tenerías… ¡Anda que no hay tela que cortar!
A volar con IBERIA…