Las Elecciones Generales están a la vuelta de la esquina y los partidos preparan toda la artillería para no perder enteros. Durante estos próximos dos meses nos enfrentaremos a una campaña fuertemente mediatizada en una suerte de ‘democracia teatralizada’ en la que será vital el acceso a los programas de televisión por parte de los grupos políticos. Un terreno pantanoso en el que además de situar a los candidatos será clave contar con el apoyo de tertulianos afines que puedan generar corrientes de opinión favorables ante una audiencia políticamente muy manipulable.
En este contexto, los principales partidos políticos ya han comenzado a poner en marcha sus maquinarias para situar el mayor número de tertulianos afines en diferentes debates políticos. ‘Los Desayunos’ de TVE, ‘Un tiempo nuevo’ de Cuatro, ‘La Sexta Noche’, ‘El Cascabel’ de 13TV o ‘La Noche en 24 Horas’ son bocadillos muy apetecibles para los partidos porque es ahí donde se han hecho fuertes los partidos emergentes y donde está la diferencia entre cautivar o no al público indeciso.
Son conscientes de que en estos debates no se ganan las elecciones pero ayudan y así ha quedado demostrado en las últimas dos elecciones, en especial en las Catalanas donde el PP perdió por tener a toda la televisión en contra y ‘Junts per Sí’ se hizo fuerte al calor del apoyo de TV3. La tele es clave y tener el máximo apoyo posible en antena es vital.
Es por ello que todos los partidos sin distinción han comenzado a llamar a todas las televisiones para ‘colocar’ tertulianos afines. Nos referimos a miembros de su partido pero también a periodistas que defienden sus posturas. La figura del ‘periodista militante’ es quizás más valiosa que la del político de partido, ya que representa una suerte de falsa objetividad que queda muy bien en cámara manteniendo una credibilidad importante de cara a la audiencia.
El procedimiento es simple. El equipo de Comunicación llama al director de informativos respectivo y le pide que ‘fiche’ a los periodistas que sugieren. Los directivos se lo piensan unos días aunque en la mayoría de los casos finalmente acceden, ya que además de hacer ‘un favor’ al partido casi siempre colocan a tertulianos sumamente agresivos que suelen dar mucha audiencia en las televisiones, el objetivo final de los ejecutivos de la televisión.
En el caso de los tertulianos, este ‘servicio’ indirecto a su partido de turno le sale además muy rentable. Los salarios en las cadenas privadas van desde los 500 a los 800 euros por aparición, un montante nada desdeñable que tiene en lo alto de su escala a colaboradores del estilo de un Eduardo Inda. En el caso de la televisión pública el trabajo es más un apostolado ya que el pago por aparición ronda los 150-200 euros.
Estamos hablando entonces de una jugada redonda, en la que los partidos sitúan a miembros afines y fieles que tengan bien aprendido su discurso, las cadenas ganan en influencia dentro de las formaciones y además de refilón ganan audiencia y los tertulianos se embolsan un importante ‘extra’ que en el caso de los que registran mayores apariciones podría llegar hasta a los 2.000 euros mensuales.
