Hoy se cumple un mes desde que Francia, de la mano de François Hollande, decidiera comenzar con varios vuelos de reconocimiento que tenían como objetivo sobrevolar Siria. Concretamente, pretendía estudiar las posiciones y puntos clave que el Estado Islámico (EI) mantiene en el país que todavía preside Bashar Al Assad. Sin embargo, el Gobierno francés no se ha limitado únicamente al estudio y control de estos puntos. El 26 de septiembre, se lanzó un ataque contra un campo de entrenamiento yihadista que fue ejecutado en solitario por Francia.
Un total de siete aviones, cinco de ellos cazabombarderos, destruyeron uno de los campos de entrenamiento que los terroristas de la yihad tienen en terreno sirio. Francia, que ha sido uno de los últimos focos de acción que ha sufrido el terrorismo yihadista en los últimos meses –contra la redacción de la revista satírica ‘Charlie Hebdo’, o terroristas aislados que han atentado contra objetivos señalados por el terrorismo islamista- decidió lanzar un ataque de forma unilateral y sin el apoyo logístico del resto de sus aliados, como Estados Unidos o Gran Bretaña.
Fue el propio François Hollande quien anunció la ofensiva contra los objetivos franceses en Siria alegando defensa propia, ante una amenaza real contra el país galo: ‘Francia ha atacado un campo de entrenamiento en Siria del grupo terrorista Estado Islámico, que amenazaba la seguridad de nuestro país’, declaró en rueda de prensa el presidente francés. Además, puso nombre a uno de sus objetivos a largo plazo: ‘el futuro de Siria no puede ir de la mano de Bashar Al Assad’, reiteró. En estos pilares, Hollande ha basado los argumentos para justificar un ataque que atisbe una solución política mientras protege los intereses de Francia.
¿Apoya la prensa francesa a François Hollande?
Si nos centramos en los núcleos centrales de dos de los periódicos más importantes de Francia, concretamente en los editoriales publicados por los diarios ‘Libération’ y ‘Le Figaro’ podemos apreciar las dudas que ha levantado el comportamiento del presidente francés ante este ataque que busca la defensa del país galo.
Para ‘Le Figaro’ François Hollande tiene que buscar una posición mucho más definida de la que ha mostrado hasta el momento. En los dos editoriales que ha publicado en desde el anuncio del ataque a finales de septiembre, el periódico francés lo tiene claro. Entiende el ataque de Francia a las posiciones del Estado Islámico en Siria, pero reprocha al Gobierno francés que haya ‘librado su propia guerra de forma paralela a la coalición occidental y las alianzas entre Bashar Al Assad, Rusia e Irán’. Además, reconoce que el presidente sirio no es el mayor enemigo del país, sino el Estado Islámico y tacha a Hollande de moralista después de excluirse de la coalición occidental y actuar por libre.
El diario ‘Libération’ se ha mostrado mucho más crítico y ha dedicado más páginas que ‘Le Figaro’. En cinco días, el diario francés ha dedicado cuatro editoriales a la situación geopolítica y a la estrategia de Francia. Aunque ha pasado de puntillas sobre el ataque del Gobierno francés sobre el campo de entrenamiento del Estado Islámico en Siria, sí se ha mojado sobre la necesidad de reunir fuerzas contra la amenaza islámica y ha criticado el hecho de realizar un ataque en solitario.
Estos dos medios de comunicación coinciden con el Gobierno que preside François Hollande en que el enemigo a batir es el Estado Islámico y que es obligación de los países occidentales la lucha para acabar con la guerra civil en Siria, que se ha prolongado durante los últimos cuatro años. Las divergencias llegan a la hora de definir cuál es el papel de Francia en todo esto. Mientras Hollande apostó por un ataque en solitario en defensa propia, desde la prensa francesa mantienen la idea de unidad con el resto de aliados occidentales y que Francia tenga un papel de unión entre el bando aliado y Rusia, uno de los principales pilares que sostienen a Bashar Al Assad.
