Poco se habla de una circunstancia que afecta a todos los enfermos mentales sin excepción y que se conoce como ‘doble discapacidad’. Esta dolencia hace referencia, por un lado, a la propia enfermedad mental, pero por otro al estigma que las personas con problemas mentales tienen que soportar. Precisamente del estigma trata un estudio de la Confederación Salud Mental España, presentado esta mañana en la sede de la Fundación ONCE, y que se titula ‘Salud mental e inclusión social. Situación actual y recomendaciones contra el estigma’.
Al acto han acudido Ignacio Tremiño, director general de Políticas de Apoyo a la Discapacidad del Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad; Teresa Palahí, secretaria general de la Fundación ONCE; José María Sánchez Monge, presidente de la Confederación Salud Mental España; Jimena Cazzaniga Pesenti y Anabel Suso Araico, investigadoras del Estudio (realizado por la consultora Red2Red); Carlos Ganzenmüller, fiscal del Tribunal Supremo; Rosa Garrigós, coordinador de FEAFES (Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales) Región de Murcia; Vicente Rubio, experto en primera persona y Celeste Mariner, directora ejecutiva de la Confederación Salud Mental España.
El documento recoge, por un lado, un análisis de la bibliografía publicada hasta el momento sobre la estigmatización del colectivo de las personas que tienen una enfermedad mental en los ámbitos sanitario, educativo, de los medios de comunicación, de los servicios sociales, del empleo, de las familias, del poder ejecutivo y legislativo, y del penitenciario. Y, por otro lado, el estudio contiene los resultados del trabajo de campo realizado en el entorno judicial y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por ser éste el sector en que se ha constatado una grave carencia de información.
En cuanto al papel de los medios de comunicación, la opinión reinante de todos los participantes en la presentación del estudio ha sido la poca complicidad que los medios tienen con las personas que padecen una enfermedad mental, ya que los primeros tienden a resaltar lo negativo de las enfermedades mentales, y no lo positivo. Según Vicente Rubio, los medios señalan constantemente la peligrosidad de los enfermos mentales, por lo que demandó que los medios de comunicación que sean ‘sensibles’ se hagan eco de las experiencias positivas y de las personas que consiguen llevar una vida normalizada.
En cuanto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el estudio muestra la estigmatización existente en este ámbito en las siguientes circunstancias. En primer lugar, durante los traslados e ingresos, las fuerzas implicadas tienden a abusar de las medidas de seguridad asumiendo que un enfermo mental debe ser peligroso. Por otro lado, la justicia atribuye a enfermos mentales la supuesta comisión de un delito. También, en los procesos civiles, se tiende a pensar que la persona con problemas mentales es incapaz y se cae en un paternalismo que termina con la ‘muerte civil’ de la persona. Por último, la estigmatización del enfermo mental también se deja sentir en los procesos de familia: se tiende a pensar en que la persona es irresponsable y se le deniegan adopciones y custodias.
Para todos los ámbitos mencionados, la Confederación Salud Mental España elaborará posteriormente una serie de propuestas ordenadas y jerarquizadas encaminadas a eliminar la discriminación de las personas con una enfermedad mental, que servirán para la elaboración de una Estrategia estatal de lucha contra el estigma que la Confederación tiene previsto implementar en los próximos años.
