OPINIÓN: ¡Bienvenidos a la república independiente catalana de Ikea!

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“Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que sigáis mis preceptos, y que observéis y practiquéis mis leyes. Habitaréis en la tierra que he dado a vuestros padres. Seréis mi Pueblo y yo seré vuestro Dios” (Ezequiel 36:36).

Confieso que la sensación de vértigo que me produce el vacío de justicia y normalidad que el sobreexcitado independentismo del país del 3% exhibe, únicamente es comparable a la sensación de estar en caída libre que me produjo escuchar la lectura de la nota estúpida que un pasmarote Rajoy, en plena merma de su espíritu vital, se marcó, en una sucesión de bravatas electoralistas sin ningún poder de persuasión, como contestación a la declaración de insurgencia que supone que Junts pel Sí y la CUP registraran en su parlamento autonómico una propuesta de proceso constituyente para crear la república catalana.

Y es que lo del parlamento catalán es un acto de automontaje que no sólo debe ser juzgado desde una perspectiva política, debe juzgarse como humorada que es lo que la higiene mental obliga. Una autonomía con un agujero de 50.000 millones, con unos parlamentarios que pretenden dar un golpe de estado, que, a pesar de que España les roba, van a cobrar la nómina de la caridad española del Fondo de Liquidez Autonómico y están presididos por una muy honorable sirvienta de la xenofobia que ha llegado allí tras declarar enemigos de Cataluña a la mitad de los catalanes, justo dos frases antes de enunciar que el nou país será un ejemplo de democracia… no me negarán que no es un descojone y que más de un idiota podemita de los que han investido a la perversa Carme Forcadell –mujer de inequívoca filiación nazi- viéndola hacerse un selfi en su trono no habrá pensado lo mismo que pasa con los muebles de Ikea, que, después de haber peleado con el sentido común para montarlo descubres que algo no está bien y decides que lo desmonte el padre del diseñador sueco.

Pero, para llegar hasta este circo para unos, inquietante pesadilla para otros, ha sido precisa una gradual acumulación de despropósitos, concesiones a la corrupción, miedos de la población y chantajes. Más sobre todo, una evidente dejación de funciones de quien ahora afirma que mientras él sea presidente garantiza que se cumplirá la ley. Hay que tenerlos muy gruesos para manifestar tal cosa cuando en materia lingüística no se ha llegado a cumplir ni una sola sentencia del Supremo o del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya mientras ha sido presidente. Pero ojo, que no teniendo suficiente con la promesa anterior, también garantiza la libertad e igualdad de los españoles. Claro, Mariano, claro que sí, faltaría más. Esto y más a pesar de que jueces y fiscales esa misma noche ordenaran a la policía la NO DETENCIÓN de la familia de Jehová. Una justicia que ya no sabe dónde agarrarse para no tener que levantar las alfombras de la casa de Israel. A ver si hay suerte Mariano y nos lees otra nota contándonos quién ha ordenado a la fiscalía que no se les coloquen los grillos a estos hijos de la gran Ferrusola.

Pero para tranquilidad, la que nos ofrece su alianza con Pedro Sánchez en eso que se ha bautizado como Bloque Constitucional. ¡Ahora, sí que sí! El PSOE siempre ha dado un amplio horizonte de esperanza al independentismo del 3%. Por si hubiera dudas, el PSC cuenta con un secretario general que es colaborador necesario de la sedición: el siempre mesurado Miquel Iceta, que organizó una legendaria manifestación contra el Tribunal Constitucional en defensa del Estatut, y que ahora, en plena insurgencia se lava las manos, y afirma que no quiere alimentar la confrontación mientras algunos de sus ayuntamientos forman parte activa de la sedición. Pedro Sánchez, especie de visitante de otra realidad, narcisista de incoherencia efervescente que no hace mucho dijo que reconocería la Nación Catalana, ahora sostiene que el federalismo es la solución final, pero no desvela la fórmula del crecepelo sólo afirma que defiende la unidad del Estado respetando la diversidad. Vamos, en su línea, que no sabe ni de lo que habla. Exactamente igual que cuando en el marco propicio del Circo Price, abrazó el patriotismo constitucional como solución al secesionismo.

Por supuesto, aplicar el Artículo 155, algo que supone tanto como aplicar la Constitución, es una audacia que queda reservada para personalidades rectilíneas.
¡Palomitas!

Antonio de La Española

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