A todas nos ha pasado y nos seguirá pasando. Es un problema que ninguna queremos reconocer, pero que está ahí… y nos trae por la calle de la amargura. Hablamos del pelo sucio. Sí, chicas… ¡Asumidlo! No cuidamos nuestro pelo todo lo que se merece y por ello, lo solemos tener hecho una pena. A eso se suma el hecho de que, en muchas ocasiones, nos acostamos sin lavárnoslo, pensando que no lo teníamos tan sucio. Sin embargo, al levantarnos lo teníamos tan graso…. ¡Qué parecía que nos habíamos peleado con una freidora! Lo peor es que nunca aprendemos. Por ello, nosotros hemos querido analizar lo que podemos hacer en estos casos de crisis total. Son dos simples pasos: el primero es asumir que el daño ya está hecho y que no se puede arreglar y el segundo escuchar atentamente estos trucos y peinados que pueden “disimular” el desastre…
Peinados tramposos
En primer lugar, el moño es el peinado más socorrido. Hay de todos los tipos: altos, bajos, trenzados… Eso ya depende del gusto de cada una. Eso sí, el pelo sucio quedará bastante bien apañado, aunque cuidado con apretarlo mucho porque parecerá que nos ha lamido una vaca. Una variante del moño clásico es el semi recogido o ‘half-up bun’ que tanto está de moda. Eso sí, hay que saber cuándo llevarlo ya que si realmente tenemos el pelo como el rosario de la aurora esto no hará más que delatarnos.
Otra buena opción son las trenzas con sus mil variantes: de espiga, de raíz, dos, una… como más os guste… o como las sepáis hacer. La estrella del disimulo, en este caso, es la corona trenzada ya que se desvía la atención de la raíz y el pelo sucio pasará a ser secundario. Pero si realmente queréis que nadie se fije en la textura de vuestro pelo, la mejor opción es llevar una cinta o una bandana. ¿Por qué? Prácticamente tapa la zona más grasa. Eso sí, debéis saber qué complemento usar ya que, si resulta demasiado llamativo, lo único que haréis será hacer saltar la alarma de… ¡pelo sucio a la vista!
El truco del almendruco
Y si el problema es que no os da tiempo a peinaros, o que simplemente sois tan perezosas que no os da la gana hacerlo, no os preocupéis. Hay dos trucos especiales para que podáis salir a la calle sin miedo a parecer Alaska en una mala mañana: el primero es tan simple como usar champú en seco. Pensaréis que es una guarrería pero realmente funciona. No hace falta mojar el cabello y da unos resultados parecidos al del pelo limpio… y además aporta volumen. En segundo lugar, tenéis que pensar que vuestro pelo sucio es el culito de un bebé ya que tenéis que… ¡echar polvos de talco! Sí, habéis oído bien. Los polvos absorben la grasa de las raíces por lo que resulta una solución estupenda. Eso sí, después de aplicarlo tenéis que cepillaros el pelo para eliminar los restos y que no parezca que acaba de nevar.
Ya sabéis todos los trucos y peinados para disimular el pelo sucio. Ese gran problema del siglo XXI. No os engañéis, es algo que os seguirá pasando, así que no olvidéis nunca estos consejos. ¡Hasta la próxima!
