A diario aparecen en los medios de Comunicación resultados de investigaciones científicas de todo tipo. Los criterios para hacerse eco de un determinado estudio suelen variar de una redacción a otra, pero pocos periodistas reconocerán que anteponen en su ardua labor selectiva la espectacularidad de los resultados de un estudio a la posibilidad de que los datos sean definitivos y veraces, es decir, irreplicables. No lo reconocen, pero pecan de ello.
Así lo afirma Anna Dreber, investigadora de la Escuela de Economía de Estocolmo y coautora del estudio publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) en el que un equipo de investigadores han utilizado mercados de predicción (mercados de apuestas creados con el objetivo de hacer predicciones de eventos futuros) para pronosticar si los experimentos, clínicos en este caso, se pueden replicar; es decir, si se pueden repetir una y otra vez para que el resultado final siempre salga de la misma manera.
Los investigadores estimaron la reproducibilidad de más de 40 experimentos publicados en revistas de Psicología de prestigio y, utilizando mercados de predicción, pudieron pronosticar correctamente la replicabilidad del 71% de las investigaciones clínicas estudiadas. ‘Esta investigación demuestra por primera vez que los mercados de predicción pueden ayudar a estimar la probabilidad de que los resultados de una investigación sean ciertos o no’, declara Yiling Chen, otro de los investigadores. ‘Esto podría ahorrar tiempo y dinero a empresas e instituciones en ensayos de replicación que son costosos, ya que podrían identificar los experimentos que son una prioridad y volver a probar’, añade.
Efectivamente, una estimación sitúa el coste asociado a la investigación preclínica irreproducible en 28 mil millones de dólares en Estados Unidos. Esto, unido a que en el 61% de las repeticiones de los estudios utilizados en esta investigación no reproducen los resultados originales, pone de relieve la necesidad de un método oportuno y rentable de identificar los estudios susceptibles de ser replicados.
Así las cosas, ¿por qué los medios se hacen eco sin parar de este tipo de informaciones? La solución es sencilla: se atiende mucho más a la espectacularidad de los resultados de un estudio que a la posibilidad de que éstos sean definitivos y veraces, sostienen los expertos.