El Internet de las cosas puede rebajar las emisiones de CO2

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Europa tiene que cumplir la metade reducir en un 40% las emisiones de gases con efecto invernadero, lo que equivale a una bajada adicional de 900 millones de toneladas de CO2. A.T. Kearney considera que aprovechar la revolución tecnológica que ha dado lugar a Internet puede reducir notablemente las emisiones de CO2 derivadas del consumo de energía y así cubrir el 22% del objetivo de emisiones en la UE. “Además de los efectos medioambientales beneficiosos en el consumo, el IoT, el desarrollo de tecnologías disruptivas pueden reducir más las emisiones de CO2 al aumentar la transición energética y cambiar el mix de proveedores de energía”, comenta Victor M. Pérez, socio responsable de energía de A.T. Kearney. Estos son los principales resultados iniciales de un estudio de A.T. Kearney sobre El Internet de las Cosas ( IoT),que se publicará en enero de 2016.

Actualmente, buena parte de la demanda de energía en Europa se dedica a satisfacer las necesidades de movilidad, vivienda e industria. Según el mix de energía actual en la UE, la movilidad y la vivienda aportarían más de la mitad de las posibles reducciones de CO2 por el lado de la demanda con IoT. Aplicado a los desplazamientos por carretera (uso compartido de los vehículos, telemática aplicada a los automóviles, congestión del tráfico), tren y aire, podría reducir 70 millones de toneladas de CO2. El sector de la vivienda puede bajar las emisiones en 54 millones de toneladas. Otras oportunidades incorporan aplicar el Internet de las cosas a la industria, los servicios, las redes inteligentes (smart grids, incluyendo el gas) y el alumbrado público. “El IoT aúna intereses públicos y privados, tanto individuales como empresariales, y vincula una gran reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero con crecimiento económico”, explica Victor M Pérez. “Al aprovechar el modelo de negocio de Internet y tecnologías con efecto exponencial, IoT se convierte en un factor estratégico para la recuperación económica europea. Aparte de los beneficios ambientales, significa también ver un saludable sector de alta tecnología convertirse en motor de la innovación y puede dar la ventaja a las empresas europeas en un entorno altamente competitivo”.

Captar todo el potencial medioambiental del IoT y rebajar 200 millones de toneladas de CO2 en Europa requiere actuar de inmediato. Estos cuatro primeros pasos para aprovechar el Internet de las cosas y big data pueden beneficiar mucho a las personas, el sector privado y el público.

1.    Compartir. Mejora del uso de los elementos de alto consumo energético, por ejemplo, con plataformas de uso compartido del coche que reducen la congestión de tráfico.

2.    Vigilar y controlar. El Internet de las cosas, con sensores y control remoto de objetos conectados, sirve para dejar de malgastar recursos al proporcionar un análisis detallado del consumo de energía: por ejemplo, el hogar conectado permite una gestión inteligente de los sistemas de iluminación, calefacción, ventilación y aire acondicionado.

3.    Optimizar. Análisis en tiempo real de la información del consumo energético e impacto ambiental de los objetos para optimizar su rendimiento: por ejemplo, miles de sensores integrados ofrecen control en tiempo real del consumo de energía del motor de los aviones.

4.    Automatizar. Preparación para una automatización completa, un sistema integrado donde los objetos se comunican e interactúan en tiempo real con otros para optimizar por sí solos su consumo de energía: por ejemplo, sistemas de control de tráfico que interactúan directamente con los coches sin conductor y mejoran la seguridad en los centros urbanos.

El IoT favorece la evolución del consumo masivo y del modelo basado en la propiedad hacia un modelo sostenible basado en el uso compartido que rebaja la huella de carbono. El impacto que puede tener solo en el CO2 debido al consumo energético ofrece una perspectiva prometedora de cara al futuro.

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