¿El cuerpo es capaz de comunicarse?

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El cuerpo no es un objeto mudo del que pugnamos por librarnos. Visto en su adecuada perspectiva es una nave espacial, una serie de hojas de trébol atómicas, un revoltijo de ombligos neurológicos que conducen a otros mundos y otras experiencias”. Esta frase, llena de profundidad pertenece a Mujeres que corren con lobos de Clarissa Pinkola. En ella se refleja un hecho que nos ocurre más veces de las que pensamos y nos gustaría. Y es que, hay ocasiones en las que las mujeres hemos querido cambiar nuestro cuerpo, amoldarlo al concepto de belleza actual, suprimir sus ritmos para adaptarnos a las exigencias laborales…

Tenemos la creencia de que las personas somos seres completos que disponemos de una creatividad natural y todos los recursos necesarios para encontrar las soluciones a los retos que se presentan en la vida. La naturaleza humana es capaz de florecer y las personas pueden cultivar ese crecimiento: “las capacidades básicas están dadas”. Las herramientas y las técnicas son importantes pero lo son más la autenticidad y la capacidad de conexión.
 El cuerpo es el instrumento básico a partir del que comunicamos y creamos. Un cuerpo expresivo y abierto permite catalizar procesos de transformación y de creatividad desconocidos cuando solo se enfocan desde la esfera racional.

A través del coaching corporal utilizamos el cuerpo como puerta de ingreso a nuestra compleja unidad interior y como instrumento para conocernos mejor a nosotros mismos y crecer. Se trabaja con el Sistema Río Abierto que propone una serie de prácticas sencillas para el desarrollo personal y de equipos explorando desde el juego, el ritmo, la expresión, los personajes, el contacto, el baile, la voz, la relajación y la respiración.
Si le preguntamos, el cuerpo no miente, es un libro abierto en el que podemos leer nuestra historia y nuestros hábitos y en el que también podemos reescribir con facilidad convirtiéndose en una fuente de recursos insospechados. Puede ser nuestro maestro y enseñarnos a vivir como mujeres desarrollando todo nuestro potencial. Puede darnos un mayor autoconocimiento individual integrando todas nuestras partes. Nos permite recuperar la fuerza y el movimiento natural haciendo resurgir la propia capacidad creativa. Encontramos otras formas de estar, de ocupar el espacio y de relacionarnos. 

En el coaching se trabaja la totalidad de la persona con las preguntas poderosas (plano intelectual). En el coaching corporal trabajamos con los movimientos (plano físico…). Movemos el cuerpo, movemos las emociones y movemos la razón. Nuevos movimientos implican nuevas conexiones neuronales, trabajar las emociones, detectar bloqueos y vivenciar la alegría y la confianza. ¡Siempre hay sorpresas!

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