La valoración del yodo y del sistema inmune, clave para establecer el grado de predisposición al cáncer de tiroides

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Las hormonas tiroideas tienen un papel importantisimo en todas las etapas de la vida, por eso es necesario identificar qué personas y cuándo pueden tener más riesgo de padecer problemas de tiroides, ya sean alteraciones funcionales, patología benigna o bien maligna, pudiendo beneficiarse de las estrategias de prevención, de los métodos de diagnóstico precoz y de los tratamientos más actualizados y personalizados. Con el objetivo de abordar estos temas se ha celebrado, en Madrid, la Reunión del Área de Conocimiento de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). En la Conferencia Inaugural, la Profesora Bernadette Biondi, de la Universidad de Nápoles, ha destacado la importancia de diagnosticar y tratar el hipertiroidismo subclínico, una alteración en que la tiroides funciona más de lo normal y en la que todavía los síntomas no son muy evidentes. Según la profesora Biondi, “es crucial detectar estos síntomas de hipertiroidismo, porque tienen una repercusión importante en la calidad de vida, y pueden llegar a producir deterioro cognitivo o demencia y, a medio-largo plazo, también un aumento de la morbilidad y mortalidad cardio-vascular y un riesgo aumentado de osteoporosis y fracturas óseas”. Esta situación puede hacerse persistente en personas que han tenido deficiencia de yodo en la alimentación durante largo tiempo y han desarrollado nódulos tiroideos hiperfuncionantes.

Durante la reunión, los expertos han tratado también la importancia de estudiar la función tiroidea en mujeres en edad fértil y, precozmente, en el inicio y durante el embarazo. El Dr. Pere Berbel, de la Universidad de Alicante, ha señalado que es necesaria una adecuada nutrición de yodo para cubrir las necesidades aumentadas de este nutriente esencial durante el embarazo para la madre y del feto. “La deficiencia de yodo tiene graves repercusiones sobre el desarrollo del cerebro fetal, que puede derivar en déficit intelectual y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad o los trastornos del entorno autista en los niños”, señala. Asimismo, el Dr. Sergio Donnay, del Hospital de Alcorcón de Madrid, ha subrayado que “la disfunción tiroidea puede no dar síntomas y un porcentaje no despreciable de mujeres desarrollan alteraciones de la función tiroidea durante el embarazo. Teniendo en cuenta que el período crítico del desarrollo neurológico del feto tiene lugar de forma temprana en la gestación, es importante la detección y tratamiento lo más precozmente posible, para reducir las complicaciones obstétricas y obtener un impacto favorable en la descendencia”.

Por su parte, la Dra. Anna Lucas, del Hospital Germans Tries i Pujol de Badalona, ha advertido que el sobrepeso y la obesidad son otro aspecto más a considerar en las mujeres en edad fértil, ya que puede modificar los valores de referencia en el análisis de las hormonas (como la TSH o tirotropina) que se utilizan para diagnosticar las alteraciones de la función tiroidea. El 90% de los pacientes con cáncer de tiroides tienen un excelente pronóstico y se curan. Sin embargo, el Dr. Juan Carlos Galofré, coordinador del Grupo de Trabajo de Cáncer de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (TiroSEEN), señala que “estos buenos resultados deben ser mejorados. El objetivo es curar el 100% de los pacientes con 0% de iatrogenismo (efectos secundarios derivados del tratamiento)”.

Actualmente, hay tratamientos eficaces capaces de erradicar la enfermedad en la mayoría de los casos. No obstante, el Dr. Galofré señala que “en muchos casos estamos sobretratando a pacientes que no necesitarían muchas de las intervenciones que se les aplican. Nos ‘curamos en salud’ tratando a todos los cánceres por igual aunque la mayoría de estos cánceres sean de buen pronóstico, por lo que necesitarían cirugías menos agresivas o seguimientos más laxos”. La Dra. Clara Álvarez de la Universidad de Santiago de Compostela ha analizado los factores genéticos que conducen la conversión de una célula normal en maligna. Igualmente, el Dr. Manuel Sobrinho, de la Universidad de Oporto, y el Dr. José Manuel Cameselle, de la Universidad de Santiago de Compostela, han ilustrado cuál puede ser la utilidad clínica del conocimiento de dos de las mutaciones que parecen que son capaces de marcar una diferente evolución de la neoplasia.

Analizando la situación desde el paciente en el que se asienta una neoplasia en concreto, el Dr. Lluis Vila, de la Universidad de Barcelona, ha arrojado luz para que se pueda valorar adecuadamente la importancia de un factor ambiental (como el papel del yodo) o individual (la capacidad del sistema inmune del paciente) para establecer el grado de predisposición personal a padecer cáncer de tiroides. La precisión diagnóstica facilitará a su vez la precisión terapéutica, aspecto abordado por la Dra. Beatriz Lecumberri, endocrinóloga del Hospital de La Paz de Madrid. “El sueño es poder administrar a cada paciente un fármaco de “diseño” que combata específicamente la alteración genética o molecular que tiene cada célula cancerosa (y que no le produzca efectos secundarios)”, señala el Dr. Galofré.

Actualmente se están dando los primeros pasos con la administración de fármacos dirigidos a contrarrestar las mutaciones de las células tumorales. El estado de estos primeros pasos ha sido abordado por la Dra. Elena Navarro, de la Universidad de Sevilla. Desde el punto de vista más práctico, la Dra. Amelia Oleaga, de la Universidad del País Vasco, ha expuesto una actualización sobre el modo de personalizar el tratamiento del hipoparatiroidismo postquirúrgico, una complicación que puede ocurrir después de cualquier cirugía del tiroides. El manejo por parte de un único especialista lleva frecuentemente a cometer errores, ya sea por sobretratar enfermos de forma agresiva como por no aplicar los tratamientos necesarios a aquellos pacientes que lo necesitan. Este importante aspecto ha sido expuesto por el Dr. Juan José Díez, endocrinólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, quién ha insistido en la necesidad de establecer Unidades Multidisciplinares para el manejo del cáncer de tiroides en todos los hospitales que deseen tratar estos pacientes.

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