¿Cómo comunicaron los candidatos los resultados electorales?

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Amargo triunfo para el Partido Popular en las Elecciones Generales celebradas este pasado domingo, que no arrojan un resultado ni un Gobierno claro. El PP ha conseguido su peor resultado desde 1989 y 3,7 millones de votos menos. El PSOE de Pedro Sánchez tampoco tiene mucho que celebrar: con 90 escaños (20 menos que los 110 de Alfredo Pérez Rubalcaba), Sánchez ha llevado al partido a sus peores resultados desde 1982.

Los llamados partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, irrumpen en el Congreso, aunque uno con más fuerza que el otro. Mientras las encuestas elevaban a Ciudadanos y hundían a Podemos, en las urnas el pueblo español ha decidido otorgar 69 escaños a Podemos y 40 a Ciudadanos, muy lejos de las previsiones. Con esta menestra, los candidatos debían poner la mejor cara posible y comunicar los resultados de las Elecciones Generales a los ciudadanos. ¿Cómo lo hicieron?

Mariano Rajoy, sin apuntes

El candidato del Partido Popular apareció en la comparecencia para comunicar los resultados electorales sin apuntes. Que no leyera podría considerarse ya todo un avance en Comunicación en lo que a Rajoy se refiere. Demostró aplomo, ninguna emoción en su rostro y sus gestos intentaron transmitir contundencia en sus frases. Un gesto del que abusa es subir y bajar el brazo constantemente, pero no es una novedad que la Comunicación no es el punto fuerte del candidato popular. Por último, la tensión que transmitía es reseñable: se agarraba con fuerza a los micrófonos.

Pedro Sánchez, visiblemente incómodo

El cuerpo y la cara del candidato socialista dejaban entrever incomodidad por encima de todas las emociones posibles, además su comparecencia fue la más breve de todos los candidatos. La mejor baza que Sánchez puede jugar es su sonrisa, él lo sabe y la ha utilizado sin parar en todas sus intervenciones. Sin embargo, ayer Sánchez sólo sonrío al final, con el aplauso de sus compañeros, pero no era una sonrisa espontánea ni optimista: estaba claramente forzada. La desilusión con los resultados era palpable en el rostro del candidato socialista: apretar dientes y mandíbula, además de tener los labios tensos son elementos que se relacionan también con la rabia reprimida.

Pablo Iglesias, sonriente

La intervención de Pablo Iglesias puede resumirse en dos puntos clave: sonrisa eterna al empezar e interés y gravedad durante su discurso. Pablo Iglesias no nos tiene muy acostumbrados a que lea apuntes durante sus comparecencias, pero ayer sí lo hizo. Su cara expresaba gravedad y concentración. Su cuerpo, por otro lado, estaba agarrotado, síntoma de tensión.

Albert Rivera, resignado

El candidato de Ciudadanos ha recobrado la confianza de la que hacía gala antes de comenzar la campaña. Su rostro era amable, sonrisa sincera y ojos brillantes, aunque su discurso y algunos gestos dejaban ver resignación. No obstante, se le veía visiblemente orgulloso con el resultado. Su discurso vehemente (no leyó casi nada) y sus gestos volvieron a hacerle conectar con su público. Acabadas las luchas dialécticas, el descontrol y la tensión de la campaña, que no pocos coinciden en señalar que a Rivera le vino muy grande, la tranquilidad había vuelto al candidato de Ciudadanos.

Seguiremos Informando…

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