¿Qué redactor ha rechazado la jugosa oferta de trabajo que llevaba meses esperando porque no quería cargar en su conciencia con el remordimiento de que despidiesen a un compañero que conoce desde hace años para que entrase él?
No es país para trepas

Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible
Publicidad
Cargando…
Publicidad no disponible