Núria Vilanova publica una tribuna en el diario colombiano ‘La República’

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La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la tribuna de Núria Vilanova titulada ‘2016: año de la paz y de nuevos retos’, en la que profundiza en la necesidad de crear un escenario de PAZ en Colombia. Sólo poniendo el foco en la PAZ, escrita con mayúsculas, se podrán abordar nuevos retos y generar oportunidades en uno de los países con más futuro de Latinoamérica este 2016. La tribuna queda reproducida a continuación:

Desde la mirada de quien no vive en Colombia, pero tiene la oportunidad de visitar y querer al país, la PAZ solo puede escribirse con mayúsculas. Como española que ha vivido y quizá no celebrado suficiente el fin del terrorismo interno, puedo decir que el final de ese drama marca un antes y un después. Que genera una manera diferente de relacionarse con el mundo, sin tener que explicar cómo es vivir con esa guerra callada que irrumpe en la normalidad, con noticias de vidas perdidas sin sentido, de sufrimiento inútil.

Desde la óptica de quien tiene empresa en Colombia y conoce a inversores, la PAZ abre un universo de oportunidades económicas importantes para un país que ya logrado un foco relevante durante el proceso que este año debe culminar con el fin definitivo de una larga pesadilla. La PAZ añade un atractivo más a un país que, en este momento de desaceleración en Latam, se erige en uno de los mercados privilegiados que genera expectativas. Aunque a ritmo inferior a años atrás y a países como Panamá, Dominicana, Bolivia o Nicaragua, que liderarán el crecimiento en 2016, Colombia eludirá la tormenta que se cierne sobre el área, motivada por la recesión en Brasil y Venezuela y el bajón de las materias primas. Su PIB avanzará el 3% este año, tras el 3,1% de 2015. Y, junto a México, seguirá siendo la economía más atractiva entre los países de cabecera del área.

Un español en Colombia, Pablo Claver, prepara un nuevo libro que se publicará en el país, “Por fin es lunes, amo trabajar”, sobre la felicidad laboral. En filosofía ya se ha estudiado que para elaborar determinadas ideas se necesita que las palabras existan en el diccionario… porque ¿cómo pensar aquello que no existe? Los idiomas condicionan las ideas y la visión del mundo. No se medita exactamente igual en alemán o en español. El lenguaje condiciona lo que pensamos… y yo creo que lo que sentimos.

Claver me comentaba que el lenguaje en Colombia tiene un rol clave en el liderazgo en los rankings de felicidad que exhibe el país. Expresiones que a uno le sorprenden y encantan como “me regalas” (en lugar de “me prestas” o “me das”); el uso constante de la palabra “felicidad” y formas de hablar que aluden a ella: “felices días” o “con mucho gusto” (en vez del seco “de nada” español). O “qué belleza”. Si Colombia ha podido mantener su espíritu positivo en una situación tan dura y prolongada, qué no podrá lograr cuando la PAZ sea realidad definitiva e impulse su gran potencial.

Vivimos en un mundo global. La economía colombiana tardó en globalizarse, lo que no es de extrañar cuando hubo años de carreteras inseguras, incertidumbre cotidiana, zonas excluidas por la violencia… Pero hace tiempo que hay empresas de éxito en Colombia y compañías que han salido fuera. Yo espero que ese proceso se acelere. Y que un nuevo entusiasmo se sume al optimismo colombiano. Como turista, tuve la oportunidad de visitar un mes rincones de toda Colombia y sorprenderme al conocer un país que muchos colombianos, más prestos a tomar un avión para salir del país que para visitarlo, quizá ignoran. Y este es otro aspecto a desarrollar tras la PAZ de la mano del turismo, llamado a ser actividad relevante.

Recuerdo un encuentro en la embajada con el general Luis Mendieta, entonces agregado militar. Cómo hablaba de su fe en la vida y refería que el recuerdo de su familia le ayudó a superar los momentos más difíciles en su cautiverio en la selva, a veces con una soga al cuello… El general se cansaba, no podía estar mucho en pie: los años en la selva pasan factura. Un día nos visitó en casa y, cuando sonó la música, empezó a bailar con su esposa. Con música el dolor desaparecía… Espero que Colombia centre su enorme fuerza en aprovechar la música: para recibir inversiones, para emprender, para internacionalizarse, para turismo nacional. Para expandir lenguaje y modos que le hacen ser uno de los países más felices. La felicidad es fuente de fuerza. Hay que aprovecharla y sumarla a los beneficios de la PAZ.

Seguiremos Informando…

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