Aprobado en España el primer tratamiento personalizado en cáncer de ovario

Publicidad

Las terapias personalizadas han revolucionado el tratamiento de cánceres como el de mama o pulmón mejorando notablemente los resultados en estos pacientes. Ahora le toca el turno al cáncer de ovario, que cuenta ya con su primer tratamiento personalizado. Olaparib, comercializado por AstraZeneca como Lynparza™, supone, según los expertos, un paso histórico en el tratamiento de esta patología. “Este fármaco permite un tratamiento individualizado en un grupo de pacientes con una alteración molecular específica –una mutación del gen BRCA–. Es sin duda un paso histórico, pues es la primera terapia personalizada a una alteración molecular en el tratamiento del cáncer de ovario”, destaca el Dr. Antonio González, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (GEICO). Este avance es especialmente significativo si se tiene en cuenta que esta patología es la sexta causa más frecuente de mortalidad por cáncer en mujeres y la segunda por cáncer ginecológico, sólo por detrás del cáncer de mama.

Ahora, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha dado luz verde a olaparib, medicamento indicado como monoterapia para el tratamiento de mantenimiento de  pacientes adultas con cáncer de ovario epitelial seroso de alto grado, trompa de Falopio o peritoneal primario, con mutación BRCA (germinal y/o somática), sensible a platino, en recaída, que están en respuesta  (completa o parcial) a quimioterapia basada en platino. A la eficacia clínica de este medicamento oral, se añade un buen perfil de seguridad, ya que no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre olaparib y placebo en la calidad de vida relacionada con la salud. “Olaparib aumenta el tiempo libre de progresión de las pacientes con cáncer de ovario sensible a platino –un tipo de quimioterapia– en recaída y que responden a esta terapia de forma muy significativa, con una reducción del riesgo de progresión o muerte en un 82%”, afirma el Dr. González. Además, este fármaco aumenta la mediana de supervivencia libre de progresión de la enfermedad en 6,9 meses en comparación con placebo, retrasando 15,6 meses la necesidad de la primera quimioterapia posterior en las pacientes con mutación BRCA y en 23,8 meses la segunda quimioterapia posterior.

La novedad que aporta este medicamento radica en su mecanismo de acción, que actúa específicamente en las pacientes que tienen una mutación en el gen BRCA, personalizando así el tratamiento. Este fármaco actúa sobre unas herramientas concretas que usan las células para reparar el ADN. Las células tumorales con mutación de BRCA tienen anulado uno de los mecanismos de reparación del ADN. Olaparib desactiva, además, otra herramienta de reparación, como son las enzimas PARP y logra que “la célula quede desprovista de mecanismos eficientes de reparación del ADN produciendo muerte celular programada”, asegura el Dr. González. El estudio de los mecanismos de reparación de los daños en el ADN constituye una línea de investigación prometedora de cara al desarrollo de nuevos tratamientos oncológicos. De hecho, este medicamento fue nombrado como un ejemplo de la aplicación práctica de la investigación galardonada con el Premio Nobel 2015 en la categoría de Química. La propia Real Academia Sueca de las Ciencias mencionó en su fallo olaparib como ejemplo de los resultados de la investigación en el área de la reparación genética desarrollada por los investigadores Tomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar.

Contar con tratamientos personalizados es especialmente importante en tumores como los de ovario, cuyo diagnóstico suele producirse en fases avanzadas debido a la inespecificidad de los síntomas que presenta. “Habitualmente se trata de síntomas digestivos que suelen confundirse con patologías digestivas benignas (sensación de pesadez tras la comida, distensión abdominal, molestias abdominales difusas o epigástricas…). El problema es que la falta de especificidad de estos síntomas retrasa el diagnóstico”, añade el Dr. González. En este sentido, el consejo genético y la determinación de la mutación BRCA ayudarán a prevenir y diagnosticar de manera precoz esta patología. El cáncer de ovario es el quinto en incidencia entre las mujeres de nuestro país. Este tumor ginecológico se cobra la vida de cerca de 42.700 mujeres al año en Europa y de unas 1.878 en España. “Cuenta con una incidencia anual de 3.236 casos y una prevalencia a cinco años de 7.925 mujeres”, detalla Dr. Pedro Pérez Segura, coordinador de la Consulta de Consejo Genético del Hospital Clínico San Carlos. “Entre un 13% y un 18% de todos los casos de cáncer de ovario pueden presentar una mutación en los genes BRCA. Los genes BRCA 1 y 2 son genes importantes en la reparación del material genético. Desde hace años sabemos que aquellas personas que nacen con alteraciones en alguno de estos genes, especialmente BRCA1, tienen un incremento del riesgo de desarrollar cáncer de ovario a lo largo de su vida”, explica este especialista.

“AstraZeneca ha apostado fuerte por la oncología y por la  investigación en medicamentos innovadores y olaparib es un muy buen ejemplo de ello. Nuestro fin como compañía biofarmacéutica es seguir trabajando en esta línea para que todos los pacientes cuenten con los mejores tratamientos”, señala la Dra. Mariluz Amador Directora Médica y de Registros de AstraZeneca España. Consejo genético y detección de la mutación BRCA. La determinación del gen BRCA, según el Dr. Pérez Segura, aporta diversos beneficios a la práctica clínica. “Por un lado, ofrece la posibilidad de reducir la incidencia de cánceres asociados a la mutación de estos genes o, en el peor de los casos, conseguir una detección lo más precoz posible. Por otro lado, puede beneficiar a aquellas pacientes con cáncer de ovario avanzado que son sensibles al tratamiento con platino, utilizando un tratamiento específico para situaciones como la suya”, señala el Dr. Pérez Segura.

Realizar el test genético en el momento en el que se diagnostica un cáncer de ovario y contar con el resultado que asegure o descarte la mutación en este gen, facilita la administración de la terapia en el momento más adecuado para la paciente. En este sentido, la detección de la mutación BRCA ha evolucionado desde la labor predictiva hasta lograr un importante papel en la selección de una terapia concreta, como olaparib. “La forma de detectar estas alteraciones es variada; habitualmente se extrae una muestra de sangre, pero también se puede hacer en una muestra de saliva o de cepillado de la mucosa oral”, aclara este especialista. Por otra parte, las unidades de consejo genético realizan una gran labor a la hora asesorar a personas con riesgo de desarrollar cáncer debido a su historia clínica o familiar. “El consejo genético es la herramienta que utilizamos para informar y asesorar a aquellas personas que acuden a nuestras consultas por presentar, en ellos mismos o sus familiares, criterios de susceptibilidad a desarrollar cáncer. En estas consultas valoramos el riesgo de  neoplasia, la posibilidad de transmitir este riesgo a la descendencia y comentamos las opciones de manejo médico, quirúrgico y psicológico”, afirma el Dr. Pérez Segura. A estas unidades acuden aquellas personas en las cuales sus médicos habituales consideren que puede haber un cuadro de predisposición hereditaria.

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil