Cómo lograr una mayor ciberseguridad en 10 pasos

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Junto a las múltiples oportunidades que ofrece el creciente uso de las nuevas tecnologías, los peligros procedentes del ciberespacio también crecen. Malwares, ciberdelincuencia, riesgos en la seguridad de la información confidencial o la vulnerabilidad de sistemas informáticos son algunas de las amenazas que Internet entraña, lo que ha derivado en una mayor preocupación de usuarios, empresas e instituciones públicas. Aunque hoy en día es muy difícil contar con sistemas cien por cien seguros, sí que es posible controlar gran parte de las vulnerabilidades. Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Internet Segura, los expertos de The Valley Digital Business School han desarrollado diez puntos clave para garantizar la ciberseguridad en red:

Atención a la bandeja de entrada. Cuando recibimos un e-mail de procedencia desconocida es aconsejable no pinchar en enlaces ni documentos adjuntos. Asimismo, nunca se debe responder a aquellos correos que pidan facilitar datos personales o bancarios.

Apostar por metodologías de pago seguras y privacidad en la cesión de datos. A la hora de adquirir cualquier producto o servicio por Internet es muy importante conocer toda la información de la empresa y del proceso de compra. Es importante que nos ofrezcan modalidades de pago seguras (es preferible utilizar tarjeta prepago) y no proporcionar más datos de los necesarios. Además, hemos de estar seguros de que éstos se guardan de manera confidencial.

Monitorizar los procesos y establecer medidas de seguridad en la oficina. Las empresas han de considerar la seguridad de la información corporativa desde un enfoque global. Para ello, deben tener en cuenta tanto los aspectos técnicos como los físicos, organizativos y legales. Hay que educar a los trabajadores en cuanto a seguridad cibernética, implantar patrones de seguridad y monitorizar todo aquello que ocurra en la red empresarial para detectar posibles fallos en el sistema.

Leer las condiciones de privacidad de las redes sociales. Al registrarnos en Facebook, Twitter o Instagram aceptamos una serie de cláusulas que, en general, muy pocas personas leen. Conviene revisarlas antes de aceptarlas. Además, hay que tener en cuenta que nuestra visibilidad aumenta enormemente, por lo que calibrar la configuración de privacidad (la opción por defecto suele ser la menos privada) ha de ser el primer paso. También contamos con una serie de derechos de usuario que debemos conocer en caso de cualquier incidencia.

Elegir contraseñas variadas y robustas. Para reforzar la seguridad de nuestras operaciones conviene establecer contraseñas que tengan más de siete caracteres y que combinen números, letras y símbolos no alfanuméricos como “&” y “%”. Escribir alguna mayúscula también puede servir para reforzar la seguridad. Es preferible no utilizar la misma para varios sitios.

Salvaguardar a los niños de Internet. Existen opciones de control parental en los navegadores que ayudan a evitar que accedan a contenidos inapropiados y que autorizan sólo páginas determinadas. Si se quiere mantener el navegador habitual, es importante tener en cuenta los softwares de control parental. Conviene, además, no dejar que los niños naveguen sin la supervisión de un adulto.

Prevenir un posible ataque. Para evitar lamentaciones, se recomienda hacer copias de seguridad de todos nuestros archivos y ficheros para evitar perderlos en caso de ser víctimas de un malware. Si finalmente nos infectamos con algún virus, lo conveniente es reiniciar Windows de modo seguro, ejecutar el antivirus y desconectarse de la red para evitar contagiar a otros equipos. También está la opción de conectar el disco duro a un ordenador sano donde poder acceder a un antivirus.

Proteger nuestro dispositivo móvil. De igual manera que desde un ordenador, hay que extremar precauciones en smartphones o tablets. Si se navega desde alguno de estos soportes debemos, aparte de respetar las premisas anteriores, descargar sólo aplicaciones de confianza y mantener activos el Wifi, GPS y Bluetooth únicamente cuando estén en uso.

Instalar los medios necesarios para ser inmune. Las estadísticas indican que uno de cada tres ordenadores está infectado por algún malware. Por ello, es básico contar con un antivirus de calidad que prevenga, detecte y elimine cualquier amenaza informática, además de un Firewall que actúe como muro entre Internet y el ordenador impidiendo que el equipo acceda a información dañina o sea víctima de hackers y software malintencionado que puedan afectar a nuestro ordenador.

Utilizar redes Wifi conocidas y navegar por sitios web seguros. Cada vez hay una mayor proliferación de redes Wifi públicas, pero no todas ellas son seguras y por eso no conviene conectarse a aquellas de las que se desconozca su procedencia. Lo mismo ocurre cuando navegamos por Internet. Hay que asegurarse de que la dirección web a la que accedemos comienza por “https” y tiene un símbolo de candado.

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