Pepe Domingo Castaño: “solo recuerdo con tristeza no despedirme de la SER con un abrazo”

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Pepe Domingo Castaño es historia viva de la Radio y probablemente el profesional en activo que más tiempo ininterrumpido lleva trabajando en las ondas en España. Por eso y para celebrar el Día Mundial de la Radio el presentador y showman ha recordado con prnoticias sus más de 50 años de trayectoria. En una larga y distendida conversación Pepe Domingo nos cuenta detalles y anécdotas inéditas que hasta ahora no habían salido a la luz públicamente. Desde su llegada a Madrid en 1966, sus inicios en Radio Galicia, pasando por El gran musical, Viva la Radio, Carrusel deportivo y su llegada a COPE. Pepe Domingo en estado puro. Ésta es su historia que refleja buena parte de la historia de la Radio en España.

Inicios en Radio Galicia (1964)

“Los recuerdo con mucho cariño porque vi un sueño cumplido. Mi gente y mis amigos de Padrón me animaron a presentarme a Radio Galicia y mi primera gran sorpresa fue comprobar que los que hacían Radio no eran multimillonarios como yo pensaba. Cuando supe lo que iba a cobrar me vine un poco abajo, pero pensé que era una oportunidad para empezar y que las cosas mejorarían. Respecto de la Radio de esta época, en 1964 me encontré con una cadena en la que la mayoría de la programación venía hecha desde Madrid. En ese entonces las emisoras eran meras repetidoras de lo que decía la central lo que me decepcionó un poco, pero me decidí a aprovechar lo mejor que pudiese cada hueco que encontrase”.

Llegada a Madrid (1966)

“Estuve dos años en Galicia donde hice de todo: deportes, música, baile, guiones, anuncios… Me curtí en todos los aspectos de la Radio, pero pensé que después de dos años había hecho de todo en Santiago y mi ilusión era triunfar a nivel nacional y la mejor manera de conseguirlo era viajando a Madrid. Cerré los ojos, me metí en un tren y amanecí en Madrid un 31 de diciembre del 1966 dispuesto a comerme el mundo y a pasar el fin de año en la Puerta del Sol. Al día siguiente, el 1 de enero comencé a buscarme la vida”.

“Fue muy difícil empezar. En Santiago yo era muy popular, la gente me saludaba por la calle y todo el mundo me quería y de repente llegas a Madrid y ves que no te conoce nadie. Mi primer paseo por la Gran Vía fue deprimente porque veías a un montón de gente que no te sonaba de nada y yo me preguntaba qué hago yo aquí y cómo voy a abrirme camino. Pero la vida te va dando oportunidades y los amigos te echan una mano y te descubren posibilidades que no conocías. Pero el cambio fue brutal”.

Primer trabajo en Los 40 Principales de Madrid

“Lo primero que hice en Madrid fue Los 40 principales. Me presenté a una prueba sin decir que venía de Galicia porque las voces de la cantera son menos reconocidas que los fichajes. Si a ti te traen de la cantera de Santiago a Madrid siempre serás de la cantera y te pagarán menos que a uno que fichan de otro lugar. Me hicieron una prueba y logré entrar pero me descubrieron y como vieron que les había engañado me pidieron que fuese a Santiago a pedirle permiso al Director de Galicia para continuar en Madrid. No me dieron el permiso, yo me cabreé y me dijeron que el que se iba de La SER no volvía en la vida. Les contesté que las excepciones confirmaban la regla y me prometí volver”.

Consolidación en Radio Centro

“En ese momento me contrataron en Radio Centro que estaba ubicada en Calle Huertas en el edificio de Diario Pueblo. Y ahí estuve cinco años soñando con que me llamasen de La SER. Esta emisora que me acogió maravillosamente y comencé con un programa que tuvo mucho éxito: Discoparada, que iba de cinco a siete de la tarde. El espacio comenzó a tener repercusión y la empezó a escuchar mucha gente joven. Esto llegó a oídos de La SER que hizo gestiones para ficharme: me llamo Rafael Revert y me tembló el corazón porque esta era llamada que yo había estado esperando desde que llegué a Madrid”.

La esperada llegada a Cadena SER y El gran musical (1973-1978)

“En ese momento paso de la nada al todo. Me llaman en 1973 y me preguntan qué quería hacer y yo les ofrecí recuperar el directo y El gran musical, uno de mis programas soñados cuando yo estaba en Padrón y oída la Radio y a Tomás Martín Blanco y a Rafael Revert. Me contestaron que era complicado porque ya no se hacía este tipo de programas pero afortunadamente a Tomás le encantó la idea y lo hicimos. Yo recuerdo que técnicamente era muy flojo porque venían los cantantes a actuar en directo y la música que se oía era horrible. Sonaba a lata pero la gente lo agradecía mucho porque poder oír a Julio Iglesias en directo en un programa de Radio a las doce de la mañana era un lujo que sólo se podía permitir La SER. Me encantó hacer aquel programa, pero lo dejé porque un día que vino Ramoncín y le empezaron a tirar huevos y tomates en el Parque de Atracciones. Vi que aquella música no iba conmigo y antes de que la música me echara preferí marcharme yo”.

La transición y el descubrimiento de Paco, Lama y Joserra (1978-1988)

“Entre el 78 y el 88 recuerdo un programa que hacía por las mañanas y que se llamaba Viva la Radio, en directo y para Madrid. Era un programa muy divertido en el que de dos a dos y media hacíamos Deporte y donde presenté a Paco Gonzalez, José Ramón de La Morena y a Manolo Lama. Ellos venían a ofrecer sus informaciones deportivas a mi programa y yo les daba cancha porque además mostraron madera de estrella desde el primer momento. Me impresionó mucho José Ramón de La Morena el primer día que vino porque hacía una radio completamente distinta a la que se estaba haciendo en ese momento. Paco González me pareció genial desde el primer momento por su capacidad de síntesis y quedé impactado por la voz y el desparpajo de Manolo Lama”.

Salto a Carrusel deportivo (1988)

“Cuanto estaba en mi pueblo había dos programas que quería hacer: uno de ellos era El gran musical y otro de ellos era Carrusel Deportivo. A mediados de los ochenta recuerdo que Joaquín Prats tuvo problemas con La Ser y se fue a COPE –mira cómo se repite la historia- dejando vacía su plaza, pero en principio no la ocupé yo, la ocupó Andrés Caparrós, una decisión que nunca entendí pero que acepté. Luego en diciembre de 1988 me llamaron para sustituir a Caparrós y desde aquel momento nunca dejé Carrusel deportivo. ¿Por qué me gustaba tanto? Siempre me ha gustado el Deporte y yo sabía que Carrusel tenía grandes posibilidades publicitarias. A mí me enloquecía la publicidad, me gustaba hacer diabluras con ella, hacer cosas originales, por eso cuando me llamaron me dieron una gran alegría porque me daban la oportunidad de hacer algo con lo que yo venía soñando desde hacía ya mucho tiempo”.

Revolución publicitaria y de los anuncios en Carrusel deportivo

“Yo creo que fue una entente cordiale desde los comienzos. Lo que hice fue establecer una norma que he mantenido a lo largo del tiempo y que consiste en que al reunirme con un anunciante para planificar una campaña yo les pedía que me diesen texto, la idea, pero que me dejasen a mí desarrollarla, siempre sin maquetas. Les pedía confianza para que pudiese hacer lo que me diera la gana, pero siempre respetando lo que ellos querían que se dijese. Y nunca he tenido problemas. Creo que los clientes se sienten muy halagados de que su marca adquiera una nueva dimensión con esta publicidad de locos que hacemos”.

“Recuerdo en una ocasión cuando vino Banesto y uno de sus directivos de entonces Rami Aboukhair me pidió hacer una campaña rompedora con su tarjeta. Y se me ocurrió hacer una cachondada importante donde me refería a Paco González como una buena persona, un buen hombre, un buen padre, pero con un solo defecto, que no tenía la tarjeta Banesto. Y en ese momento surgía una marabunta de gente que le decía ¡fuera! ¡fuera! ¡fuera! Metiéndose con él porque no tenía el producto. Con el tiempo Rami me dijo que al escuchar por primera vez este anuncio pensó que le iban a echar la bronca al día siguiente en el banco, pero al contrario le dieron la enhorabuena. Aquello fue un bombazo tremendo y así todas las marcas porque a cada una le daba un tratamiento distinto, entretenido. Para mí la publicidad tiene que ser algo divertido para que el oyente no cambie de emisora al escucharla”.

“Hay frases míticas de esa época como Pepe un purito, El talonario, Coronita, incluso todavía mucha gente pide la Coronita en los bares como nosotros lo hacíamos en el programa… y así un montón de cosas. Siempre vi que la publicidad tenía enorme potencial y que la Radio era un gran vehículo espectacular. Siempre se decía que ahora venía un tiempo para una pausa publicitaria, pero yo pensaba ¡que leches una pausa! si la publicidad también puede ser muy interesante, divertida y tener mucho contenido. Yo siempre he luchado porque la publicidad sea entretenida y que cada vez se escuche más”.

Salida de la Cadena SER (2010)

“Yo estaba acojonado. En ese momento puse en la balanza todo lo que había hecho en La SER, mi casa de toda la vida y todo lo nuevo que me esperaba. En ese momento tenía 68 años, era un señor mayor y me preguntaba qué pinto yo dando un salto de mi vida normal y tranquila de La SER a una aventura que no sabía dónde iba a terminar. Entonces comenzaron a luchar en mi mente los argumentos en contra, la estabilidad, y los argumentos a favor que básicamente era Paco y la amistad que nos ha unido siempre. Estoy convencido de que si hubiese sido otra persona no se hubiese ido nadie con él, pero yo sabía que le iba a acompañar mucha gente, incluso yo fui el primero en decirle que contara conmigo en sus nuevos proyectos. Y eso fue lo que me salvó, el cariño hacia Paco, en la lucha de empresa y amigo ganó el amigo y le estoy eternamente agradecido. ¿Por qué? Primero porque cambiar de cadena te supone cambiarte por dentro, todo lo que habías hecho antes ya no servía, era pasado. Incluso en esta nueva etapa había nuevos clientes y los anunciantes eran todos distintos lo que me obligó a crear nuevas cosas para ellos y rejuvenecer el mensaje”.

Los anunciantes de Pepe Domingo no se marcharon a COPE

“No me llevé ninguno de los anunciantes de Cadena SER. Cuando empezamos en COPE había un solo anunciante: Euromaster, pero el resto nunca se vino con nosotros entre otras cosas porque la COPE subió mucho las tarifas cuando llegamos. Los anunciantes pagaban una tarifa en La SER y cuando vieron que la COPE le cobraba mucho más no aceptaron. Entonces empecé con Estrella Galicia, con el Banco Santander, clientes que yo no había hecho nunca. Podría haberme traído muchos anunciantes pero no lo quise hacer porque creí que lo bonito era empezar de cero y comprobar hasta qué punto teníamos tirón y gancho en los anunciantes. Empezamos con 22 anunciantes, un hito histórico que la gente no sabe y que no se ha hecho público”.

Llegada a la COPE

“Yo no quería venir a COPE, lo he dicho siempre. La COPE en aquel momento estaba bastante hundida, era triste, una radio sin ilusión, perdida en el dial, sin ideas ¿Qué íbamos a pintar nosotros en una radio con un cargamento religioso tan brutal? Entonces reflexionamos con Paco y Lama y nos propusimos hacer un gran programa de Radio ajeno al resto de la emisora. Lo único que pedimos fue libertad, libertad de palabra y de todo y nos la dieron. En estos seis años en COPE nadie me ha dicho nada ni me ha echado broncas. Estamos muy a gusto porque una de las diferencias con Cadena SER es que en COPE todo es más familiar, los jefes están más cerca, no hay planta novena, aquí todo es más tranquilo, más directo”.

Retirada diferida de las ondas

“Estamos más cerca de la retirada, desde luego, pero no quiero que sea traumática. Vamos a reunirnos Paco, Lama y la Casa para plantear un deje de funciones escalonado. Yo creo que lo mejor es ir preparando a la gente para esta nueva etapa en la quiero ir descubriendo nuevos caminos y nuevas fórmulas en las que pueda ir sumando. Durante la próxima temporada no voy a estar tan involucrado como ésta pero tampoco voy a desvincularme del todo. Creo que es una manera de no dejarlo de golpe y que no sea traumático ni para mí ni para el equipo de Tiempo de juego”.

Balance final: lo negativo y lo positivo

“Con lo negativo me quedo con poco. Lo único que recuerdo con tristeza es haberme retirado de Cadena Ser sin un abrazo. Después de tantos años en que me entregué a la SER y la SER me dio todo esperaba un poco más de reconocimiento y no irme como un apestado. Incluso algún directivo llegó a llamarme delincuente por irme de la SER. Yo a la SER le ha dado mis mejores años de mi vida y creo que merecía un final mucho mejor y más elegante del que tuve. Éste es el único resquemor que me queda”.

“Y lo mejor de mi carrera fue sin duda que me volvieran a llamar de Cadena SER en 1973 después de luchar toda mi carrera porque llegase ese momento, un instante que compensó todo lo que yo había sufrido y luchado en Madrid. Aquella bocanada de felicidad que representó esa llamada fue uno de los mejores momentos de mi vida profesional”.

Seguiremos Informando…

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