Los fisioterapeutas avisan: Crujirse los dedos es peligroso para articulaciones, ligamentos y tendones

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Cuenta el ministerio de rumores infundados que, si haces “crujir” tus nudillos frecuentemente, puedes desarrollar artritis, lesiones en los pulgares o esguinces en los ligamentos de los dedos. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? ¿Ha sido publicado algún trabajo científico que demuestre la relación entre el desarrollo de artrosis en las manos y la costumbre de estirar las articulaciones para estimular las terminaciones nerviosas de la zona? ¿Y sobre el peligro de lesiones en articulaciones, ligamentos o tendones que provoca la acción?

Vale decir que no hay demasiadas investigaciones, pero las pocas que existen han evidenciado que los dedos de la mano de personas que, como hábito nervioso o como costumbre placentera, hacen crujir sus nudillos presentan señales de daños: lesiones en los tejidos blandos o disminución de la fuerza para agarrar objetos. Esto parece estar ligado al estiramiento y contracción, rápido y repetitivo de los ligamentos de las articulaciones. Los fisioterapeutas son claros al respecto. Alertan de que hacerse crujir los dedos u otras articulaciones es perjudicial.

A través del nuevo videoconsejo del mes de febrero de la campaña “12 meses, 12 consejos de salud”, el fisioterapeuta José Santos explica que las articulaciones están rodeadas por una cápsula sinovial con líquido y una cierta cantidad de gases, como oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbón, cuya principal función es la de lubricar las articulaciones para que los huesos no se desgasten. “Para provocar el chasquido, se coloca la articulación en una posición determinada que hace que el espacio entre los huesos aumente y también el volumen de la cápsula sinovial. Se crea así una zona de baja presión que provoca que los gases salgan del líquido sinovial en forma de burbujas que estallan y son las que producen ese sonido de crujido tan característico”, informa.

Asegura que “si este chasquido lo provocamos nosotros mismos, es que estamos movilizamos la articulación más de lo que deberíamos, lo que genera desequilibrio”. Y al fomentar ese desequilibrio, cada vez nos parecerá que necesitamos crujirnos más. El experto subraya que, aunque a corto plazo podamos notar una cierta liberación, este comportamiento generará una serie de problemas en la articulación a la larga. Bien diferente es que este chasquido lo provoque un profesional cualificado durante un tratamiento con el objetivo de aumentar el movimiento de una zona rígida para equilibrar las zonas con mayor y menor movimiento. Aquí sí resulta beneficioso.

No al “crujido”, sí a cuidar las articulaciones

Para cuidar las articulaciones, el experto recomida seguir una dieta variada, haciendo especial hincapié en los lácteos (fundamentalmente para fortalecer los huesos), las proteínas (para los músculos) y las vitaminas A, C y D. Asimismo, aconseja hacer ejercicio regularmente, aunque la intensidad de la actividad física deberá depender siempre de la edad de quien lo realice, y de su estado físico. Según Santos, “tener un buen tono muscular reparte más la tracción y compresión que sufren nuestras articulaciones y previene la rigidez y del dolor articular”.

También recomienda evitar el sobrepeso, ya que éste aumenta la presión del cuerpo sobre las articulaciones y acelera su desgaste, así como el tabaco y el exceso de alcohol, que afectan a la micro-circulación articular, favorecen el desgaste óseos y articular, y en el caso del alcohol, deshidrata nuestros músculos, entre otros efectos. Por otra parte, recuerda la importancia de reducir el riesgo de caídas no haciendo esfuerzos por encima de las propias posibilidades, así como de descansar adecuadamente y de mantener siempre una buena postura, ya sea en el trabajo, durante la lectura, o incluso durante el descanso.

Seguiremos informando…

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