El valor total de las operaciones de compras y fusiones en el sector químico, que logró los 110.000 millones de dólares, aumentó un 30% el año pasado, en su cuarto año de crecimiento consecutivo. Sienta las bases para que 2016 marque un récord absoluto, según predice la quinta edición del informe de A.T. Kearney Chemicals Executive M&A. El sector se acerca al final de la era de los conglomerados y las empresas químicas invierten en nuevas oportunidades más allá de los activos químicos tradicionales, como servicios y modelos de negocio digital, indica el informe. La mayor operación del sector en 2015 fue la compra de Sigma Aldrich por parte de Merck por 17.000 millones de dólares, el mayor desembolso desde 2009, seguido por los 9.000 millones que pagó ChemChina por Pirelli. Y con dos mega operaciones más en ciernes: la fusión de Dow Chemical y DuPont, por valor de 130.000 millones de dólares, y la compra por 43.000 millones de Syngenta por parte de ChemChina, el total en 2016 podría ser el doble del año precedente, como revela el informe de A.T. Kearney.
“Con el final de la era de las agroquímicas, 2016 será el año de las grandes operaciones, como la mayor fusión del sector entre Dow y DuPont y sus 130.000 millones de dólares”, explica Joachim von Hoyningen-Huene, socio de A.T. Kearney, Europa, Oriente Medio y África. “Además, desde los mercados emergentes llegan empresas que buscan conocimientos clave y oportunidades de crecimiento fuera de sus mercados internos. La oferta anunciada de ChemChina sobre Syngenta no será la última en los mercados emergentes de 2016”.
Los conglomerados químicos, presionados por accionistas y activistas, cuestionan el valor del modelo tradicional diversificado, lo que ha llevado a desinversiones en negocios que no responden a una lógica clara. La fusión Dow Chemical / DuPont tiene un potencial desestabilizador que se dejará sentir durante años en el sector, y hará que las principales empresas químicas se apresuren por cerrar ciertas líneas y encontrar nuevos modelos de negocio, dice el informe. La operación reestructurará la empresa para formar tres áreas de negocio: agricultura, ciencia de los materiales y productos especiales.
El estudio de A.T. Kearney identifica cinco factores que explican el auge de fusiones y adquisisiones: rentabilidad limitada de las opciones de crecimiento orgánico, precios de materias primas favorables especialmente en Estados Unidos, caída del precio del petróleo, optimización de la cartera y presiones de los inversores activistas. Dos tercios de los directivos entrevistados creen que la actividad crecerá en 2016, inaugurando una nueva era para los conglomerados químicos en la que las empresas tratarán de desinvertir en activos no básicos o subcríticos y centrarse en conseguir escala en las cinco áreas esenciales mediante fusiones y adquisiciones. Más de tres cuartas partes de los participantes en el estudio prevén un aumento de las operaciones para conseguir escala en las cadenas de valor en 2016.
Se prevé que Estados Unidos registre el mayor incremento de fusiones y adquisiciones dado que los bajos precios del petróleo benefician a los fabricantes de químicos especiales. La revolución que ha supuesto el gas de lutita ha inyectado enormes cantidades de gas y combustible líquido de bajo coste en el mercado, dando a los fabricantes químicos estadounidense una ventaja significativa frente a sus rivales europeos.
También se cree que China protagonizará más operaciones, sobre todo en el extranjero, aprovechando que la debilidad del yuan ayudará a las empresas chinas a salir de compras. “Es probable que la influencia de China en el mercado global de fusiones y adquisiciones aumente en 2016 dado que habrá más empresas que salgan a buscar conocimientos y oportunidades de crecimiento fuera de unos mercados internos en horas bajas. Las empresas infravaloradas en mercados maduros como Europa tienen todas las de convertirse en objetivos deseables para los compradores”, calcula Linus Hildebrandt, Principal, A.T. Kearney Asia Pacífico. Las operaciones de compras y adquisiciones en todos los sectores en 2015 han experimentado los niveles más altos desde el máximo de 2007, hasta llegar a más de 4.000 billones de dólares, aprovechando fuertes posiciones de liquidez y los bajos costes de la financiación para los compradores.