Los retos que hoy en día afrontan las oficinas de Farmacia no tienen que ver exclusivamente con mejorar la rentabilidad de la misma. Y es que, no todo han sido recortes o bajadas de precios. En los últimos años, el rol del paciente que se acerca al mostrador para pedir asesoramiento o solicitar la dispensación de su medicación ha cambiado: ahora es una persona que se preocupa por conseguir la mejor atención posible, que se siente responsable de la evolución de su enfermedad y que sabe sacar todo el provecho de los recursos digitales que tiene a su alcance. El farmacéutico es consciente de que uno de sus mayores desafíos es avanzar en la gestión de su farmacia y añadir valor al usuario.
Así lo ha indicado el farmacéutico Paco Cobos en la ponencia “Academia de gestión: Farmacia y nuevas tecnologías”, celebrada en Infarma con el patrocinio de Teva. Durante esta sesión, el farmacéutico titular de la Farmacia Quintalegre ha recalcado que uno de los puntos débiles de las farmacias sigue siendo el hecho de adaptar los canales de su farmacia al consumidor digital.
En este esfuerzo por emprender en el negocio es clave la creación de bases de datos. Paco Cobos considera elemental contar con una base de datos “que permita conocer los comportamientos del paciente”. Este experto subraya que “cuando hablamos de digital, pensamos que se limita a estar en redes sociales, pero es algo más que eso: hablamos de entender a ese nuevo consumidor, pues solo si conocemos los gustos y hábitos del paciente, podremos ofrecerle el servicio que necesita”.
De la misma opinión se ha mostrado el farmacéutico Gonzalo Fernández Prada, quien además ha reparado en generar una propuesta de valor que atraiga al consumidor y en la necesidad de disponer de herramientas que permitan al farmacéutico medir el impacto de sus campañas: “Estas herramientas no solo permiten conocer el efecto que ha tenido la campaña en nuestras ventas, sino también el impacto de nuestras recomendaciones y consejos en la salud de la población”.
Alejandro Touriño, abogado experto en derecho en Internet, ha defendido que los farmacéuticos deben “mejorar la eficiencia de la oficina de farmacia, pero también la atención y la comunicación con el paciente”. Este experto ha subrayado que “la presencia digital es posible”, pero ha advertido que “no cualquier presencia es válida”. Además, ha insistido en que la formación digital no es suficiente para alcanzar el éxito: “Cambiar la mentalidad es algo clave”.
El abogado considera que “el miedo al daño reputacional que pueda ocasionarles tener una presencia digital y el temor a las consecuencias legales que se puedan derivar de llevar a cabo ciertos actos en el entorno online ha provocado que el sector farmacéutico esté en un nivel muy embrionario en lo que a digitalización se refiere”. Sin embargo, reconoce que cada vez más farmacéuticos están dispuestos a cambiar y desarrollar una estrategia de asistencia y gestión basada en las nuevas tecnologías.