Señorita Blume muestra los efectos del alcohol en las relaciones sexuales

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Alcohol. Esa bebida que ingerimos, en la mayoría de los casos, con el objetivo de soltar nuestros instintos y, con ello, ser más atrevidos en público… y en privado. En resumen: para desinhibirnos cuando nos enfrentamos a una situación que nos asusta (o al menos nos cohibe)… ¡Y para aumentar el deseo sexual! Sin embargo, existe una realidad de la que pocos son conscientes y que concluye que su consumo puede ser el detonante de un gran número de problemas en nuestras relaciones íntimas. ¿En qué medida? Nuestra experta, la Señorita Blume, Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta de Pareja, nos da unas cuantas pistas.

Uno de los primeros efectos del alcohol al llegar a nuestro cuerpo es la reducción en la sensibilidad del mismo, la cual incluye nuestros genitales. Esto significa que, por muy fuerte que sea la excitación, los estímulos externos no serán percibidos de la misma manera (a cada copa se reduce ligeramente). En segundo lugar, se ha demostrado que también influye en las llamadas ‘señales fisiológicas’ que se dan cuando estamos excitados. Un ejemplo, en los hombres, y para que nos entendamos es lo que denominamos ‘gatillazo’…. ¿Te la vas a jugar por unas copas?

En tercera posición, y en las mujeres, el alcohol hace que la lubricación vaginal sea más complicada. Del mismo modo, y ya en los hombres, tanto el mantenimiento de una erección como la eyaculación (hecho que se extiende al sexo opuesto) se complican… ¡Y mucho! Tres motivos que nos llevan a aconsejar el que os lo penséis dos veces antes de mezclar el alcohol con el sexo, porque… ¿Merece la pena la pena cambiar una noche de placer por tres o cuatro cervezas?

Seguiremos Informando…

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