Federico Barragán: “Dirty Kitchen surge de cómo la industria podría reaccionar al cambio de chip en las audiencias”

Juan Camilo Rodriguez y Federico Barragán de Dirty Kitchen
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Con más de 18 millones de reproducciones, y cerca de 58 millones de minutos consumidos, las producciones de Dirty Kitchen se han convertido en un verdadero fenómeno viral por su original manera de vender. Con campañas creativas y el poder del video para la concentración de audiencias, son capaces de generar conversaciones entre miles de personas alrededor de un contenido y sus anunciantes. De este modo, han cerrado la pasada campaña con cifras de record, posicionándose como un referente en la región, y ofreciendo a las marcas la posibilidad de integrarse a sus contenidos de forma entretenida y relevante.

2015 ha sido un año de expansión para Dirty Kitchen, que empezó su emprendimiento digital hace cinco años, y que ha abierto oficinas en México y Panamá, además de conseguir posicionarse en otros mercados como Perú y Estados Unidos, donde han conseguido entrar por la puerta grande de la conquista del público latino. Para ello han contado con el apoyo de Univisión, uno de los gigantes del entretenimiento, desarrollaron tres grandes producciones para su canal de Youtube: Tenemos que hablar, Don Don y 1800 Well Done. Dedicados a las web series como Cositas de Niñas y Adulto Contemporáneo, hasta la fecha han lanzado ocho producciones propias, y otras nueve para clientes, como es el caso de Había una vez para Tigo Colombia, Feliciano de Trident, Tres días para Calmidol y Dew Crew de Mountain Dew. Federico Barragán, Gerente General de Dirty Kitchen explica como ha sido todo el proceso.

¿Cómo surge la idea de Dirty Kitchen?

Surge de conversaciones que buscaban entender como los diferentes protagonistas de la industria podrían reaccionar al cambio de chip en las audiencias. Eventualmente llegamos a un acuerdo de como podría articularse el cambio de generación de contenido, interacción con la audiencia, integración con aliados, proveedores, anunciantes, medición y generación de conocimiento…. Y al hacerlo nos dijimos “¿y si lo montamos nosotros?”. Entonces, a finales de 2010 nos animamos a impactar y participar de la reacción de una industria dándole vida a un equipo de tres personas llamado Dirty Kitchen.

El equipo de Dirty Kitchen se definen como gente con ADN creativo ¿a qué se refieren?

El lugar que decidimos ocupar en la industria nos obliga a cambiar y cuestionarnos todos los roles y funciones que engranamos. Debemos crear cada punto del proceso, no heredar nada, no aceptar lo establecido. Por lo mismo la esencia nuestra debe ser la de creación. Desde el diseño de producto hasta nuestro oficio administrativo. Si no estamos creando quiere decir que asumimos que ya no hay cambio… Y estamos lejos de llegar a aguas menos revueltas. Todo aquel que se une al equipo es un “linchpin” que viene a cambiar y a proponer.

¿Cuáles son sus señas de identidad para diferenciarse de la competencia en un sector tan competitivo?

Estamos concentrados en nuestro objeto. Nos envuelve la misión que nos dibujamos al frente. Por lo mismo no vemos a colegas para determinar nuestro propósito, no nos medimos contra ellos. Somos un equipo unido que avanza comprometido. Que recibe a sus aliados y clientes con un rol superior al de la interrupción o acompañamiento, que los hace protagonistas de las historias que les pertenecen, que retorna verdadero y transparente conocimiento y resultados, que acepta el cambio como la constante en la creación y que reconoce en la audiencia el rol creativo que posee.

¿Cómo ha sido el desembarco de Dirty Kitchen en el mercado norteamericano?

Tan mágico que escribirlo resulta hasta cursi. El dinamismo y la determinación que implica trabajar en Estados Unidos es inspirador. De la mano de Univisión hacemos parte ahora de una conversación privilegiada sobre los medios y las audiencias en Estados Unidos. Estamos maravillados y hambrientos por crear más, y más. Es un terreo fértil, profesional y acostumbrado a abrir las puertas a aquellos a los que les reconocen talento.

Han abierto oficinas en México y Panamá ¿qué tal ha sido la experiencia?

Somos un solo pueblo dividido por naciones. Crear en México y Panamá es hacerlo entre hermanos. Encontramos una región inquieta y lista siempre a hacer. Países con profesionales y economías capaces y abiertas a crecer e innovar. Trabajar en Estados Unidos, México y Panamá nos ha enseñado que estamos entre amigos y que lo único que necesitamos es proyectos que nos unan para que nuestra empatía construya y desarrollo nuestro entorno.

¿Cuál es el próximo reto de Dirty Kitchen?

Seguiremos consolidándonos como el medio de comunicación de la nueva raza en la región (o “medio de conversación” como lo llamamos nosotros) y adicional a los retos que ya esto implica. Estamos incluyendo nuevos tonos de conversación a nuestra dinámica. Se trata de una apertura que descubrirá un nuevo mundo para todos nosotros.

Seguiremos Informando…

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