Cómo ser un periodista ‘hormiga atómica’

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SALVADOR MOLINA.- ¿Quieres ser periodista? Mi consejo es que tomes espinacas y contrates como coach a la hormiga atómica. El secreto está en el tamaño y en el poder interno, a la vez que en esa estrategia transmedia que hace que quien tiene algo que decir lo grite a los cuatro vientos en todos los soportes analógicos o digitales a su alcance.

Y es que hemos pasado del periodismo de guerra, al periodismo de trinchera. Cada periodista es un fusil, cada tweet es una bala y cada noticia un objetivo a batir. Miles, millones de fusiles dispuestos a disparar desde su microblog, su youtuber, su twiter, su trinchera digital. El periodismo se ha atomizado a ritmo de revolución tecnológica.

El propio periodista ha perdido su identidad. Los nuevos competidores son los blogueros, los tuiteros, los youtuberos y otras gentes de mal vivir que aman lo que hacen, aunque mayoritariamente no estudiaron ni Comunicación, ni Ciencias de la Información.

El Periodismo está huérfano. Han nacido competidores poderosos en la red, como son el periodismo ciudadano y el ciberactivismo. Las fuentes de información se han hecho medio y canal de información (sin intermediarios). Todos somos periodistas, por lo que entonces ¿qué es ser periodista?

Hace tres años, al término de un Congreso ProCom de Periodismo 2.0 en la Complutense, escribía que “la atomización de los medios de comunicación es un hecho exponencial, progresivo y permanente; más aún, la tendencia es a que cada periodista sea una voz propia: un comunicador y un medio de comunicación”. Y esta situación se ha consolidado, crecido y multiplicado.

El Periodismo es ahora dos mundos diferenciados: la hormiga atómica del periodismo freelance digital de trinchera, frente a los grandes multimedia cada vez más descompuestos en estructuras pluricelulares que mezclan recursos propios y subcontratas: productoras, editoras, freelance, outsourcing, colaboradores, etc. Toda una pléyade de trabajadores por cuenta propia que son ajenos al medio.

Los grandes medios de comunicación cada vez adelgazan más sus plantillas y comparten las voces de estas hormigas atómicas que un día sientan cátedra en una radio, mañana en una tele, pasado en un rotativo y, siempre, en sus propios medios sociales: blog, twitter, portal, muro, perfil, confidencial, boletín… o lo que venga en un futuro aún por inventar.

Están desapareciendo las clases medias en la prensa impresa y audiovisual. Las grandes empresas multimedia cada vez son menos y más esqueléticas en sus cabeceras, radios y televisiones. Cada vez, menos tienen más. Y se reparten una parte importante de la inversión publicitaria.

Frente a ellos, crece el periodismo hormiga. Los micro-medios, medios electrónicos, freelance y ofertas segmentadas que con pocos recursos y pocos ingresos suman cada vez más una oferta especializada y bien referenciada. Cada vez más, la estela de asteroides crece en detrimento de los planetas que se concentran y pierden competidores. Así lo muestran los gráficos de los expertos en el ciber-mundo, el mundo que poco a poco deja de ser virtual para ser el único mundo real.

Ese escenario es el presente. Un escenario de oportunidades que ya ha llegado. Las transformaciones tecnológicas como ‘la nube’ aportarán 150.000 nuevos empleos en España (100 millones de empleos en China) para los periodistas tecnológicos que apuesten por la reconversión del modelo. No lo digo yo, sino los gurús. La flexibilidad, la globalización y el abaratamiento de los costes hacen posible estos nuevos empleos y oportunidades allí donde se cierran otros caminos profesionales.

Es el momento del Periodista autónomo y freelance, independiente y tecnológico que encuentra en Internet y los Social Media la posibilidad de la independencia económica y, por ende, ideológica y de los poderes fácticos. Este nuevo periodismo independiente no es fácil de asentar, pero garantiza un futuro esperanzador al Periodismo, más allá de que en la transformación del modelo caigan grandes dinosaurios y vacas sagradas del Periodismo del siglo XX.

Ese es el nuevo dibujo de la profesión. El informador transformado en una hormiga atómica poderosa, veloz, independiente, autónoma, con una misión que cumplir y una empresa unipersonal a sus espaldas.

El periodista 2.0 tiene que crecer en autoestima y potenciar su marca personal, necesita desarrollar una voz propia donde tenga algo diferente que decir, precisa formarse en las técnicas del marketing on line, conocer las herramientas tecnológicas para controlar no sólo los contenidos, sino también el medio virtual por donde navega.

Es un nuevo perfil que cambia el de humanista renacentista por el de tecno-periodista del siglo XXI, un profesional multidisciplinar y hecho a sí mismo, porque las universidades ni están preparadas para contarlo, ni el ritmo de hiperespacio de Star Trek al que se desarrollan los cambios da tiempo para encapsularlo en disciplina docente alguna.

La atomización del sector periodístico no es malo. Sólo es distinto. Eso sí, precisa de una nueva sensibilidad por parte de los universitarios que salen aún de las aulas con las miradas en los grandes medios y en la obsesión por entrar en ellos a cualquier costa, aunque sea pagando costosos peajes de master y trabajos no retribuidos a cambio de una oportunidad para poder estar y contarlo después.

El retrato robot lo hacemos cada año en el Congreso ProCom de Periodismo 2.0. Es un nuevo periodista cuya tipología ha llegado para quedarse. Exige de plumillas audaces, autónomos, freelance, independientes, capaces de diferenciarse, modestos, tecnológicos, con voz propia y bien formados.
Ese es el periodismo y la comunicación por la que apostaron los profesionales de la comunicación que fundaron hace cuatro años ProCom, la única Asociación de Profesionales de la Comunicación, Liberales y Autónomos. La única asociación dispuesta a defender un periodismo en alza que se potencia por la irrupción de las tecnologías on line, el abaratamiento de la difusión en Internet y la crisis estructural que soportan los llamados medios de comunicación tradicionales que están en proceso de fusión, concentración, desaparición, adaptación e integración a los soportes on line.
De todo ello volveremos a hablar en el VI Congreso de Periodismo Autónomo y Freelance organizado por ProCom en la Universidad Complutense el próximo 19 de abril. Y el medio centenar de gurús nos enseñaron trucos, nuevas tecnologías, lenguajes distintos de enganchar con las audiencias dispersas y la generación Z que irrumpe como consumidor.

¿Quieres ser ‘hormiga atómica’? Ven y verás.
Salvador Molina
Presidente de ProCom- Asociación de Profesionales de la Comunicación
@SalvaMolina_COM

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