Todos, o al menos la mayoría, sabemos que Internet tiene un cierto parecido con Star Wars. Y es que, como bien ocurre en la que es una de las sagas más famosas de la historia del cine, tiene su ‘Lado Oscuro’, conocido en el argot como Deep Web. Hablamos de ese rincón, en las profundidades y lejos de la vista de las autoridades, en el que las leyes desaparecen y la anarquía, en cierta medida, es la dueña de todo. Precisamente por este motivo, y porque cada día hay más gente que, a través de Tor y de forma anónima, cae en sus redes, hacía falta poner un poco de orden. Y para ello ha llegado Grams, de la que ya nos había advertido (de su existencia y peligro) previamente el consultor de marketing 2.0, Juan Merodio.
¿Qué es Grams? Se trata de un buscador al más puro estilo Google (de hecho, todos aquellos que ya lo han probado coinciden en lo parecido de su diseño). Sin embargo, los productos que podemos buscar en él, y los resultados que obtendremos al respecto, no se parecen nada. No hallaremos ropa, complementos o comida, por poner un ejemplo. En su lugar encontraremos productos más comprometidos como drogas, armas e, incluso, órganos humanos. El pago de cualquiera de ellos se realizará, como es lógico, con la moneda digital por antonomasia: el Bitcoin. Así, tal es el grado de profesionalidad de Grams, que, a la hora de localizar lo que necesitamos, nos filtra por rango de precios o ubicación geográfica. Además, cuenta con un servicio de anuncios, en el que podemos promocionar el material del que nos queremos deshacer… O adquirir
Tor es la llave de este negocio en ciernes
Como bien hemos comentado previamente, para poder usar Grams, primero hemos de estar registrados en Tor. Una plataforma completamente legal y que, de no serlo, cuenta con una tecnología que impide el rastreo de sus actividades. De hecho, es la herramienta que utilizan desde periodistas de investigación a activistas políticos pasando, como no, por traficantes de artículos ilícitos. Estos último, pueden ser de muchas clases, aunque si es cierto que hay algunos que gozan de más público.
De drogas a asesinos a sueldo
El primero a destacar es, a la vez, de los más antiguos: la droga. La hay de todas las calidades… y precios (el cliente decide lo que quiere) y, ante el peligro que supone su venta en la calle, se ha instaurado en la Deep Web para minimizar riesgos. Y parece que no le está yendo mal. Tras ella, nos encontramos con otro producto conflictivo: los medicamentos. Se pueden comprar, sobre todo, aquellos que, al necesitar prescripción facultativa, no son sencillos de obtener. En la DeepWeb, no se hacen preguntas. Sólo cobran. De ahí su valor.
Pero si hay algo que abunda en esta Red Profunda son los datos privados. Se pueden encontrar de todo tipo: cuentas del banco, número de teléfono, direcciones de email y postales… Un material sensible que, precisamente por esto, aumenta de valor cuando más relevancia posea el personaje al que se refiera. También, y aunque sea detestable, en este espacio se anuncia, de cara a los pederastas, material gráfico en el que se presentan menores de edad. Junto a él, y es igual de desagradable, encontramos imágenes o vídeos que reflejan diferentes modelos de violencia extrema.
La DeepWeb también es un foco masivo tanto de de lavado de dinero como de falsificación de documentos. Por último, es el lugar perfecto para contratar un asesino a sueldo (no en España, pero si en Estados Unidos o Canadá). Todo este material, desde la primera opción hasta la última, es más accesible gracias a Grams. Eso sí, veremos el tiempo que este buscador en funcionamiento y si no sigue la suerte de cerrado ya Silk Road.
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