Trasladar los resultados obtenidos en investigación tecnológica al sistema sanitario, un reto latente

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¿Cómo está contribuyendo la tecnología dron en el ámbito de la biomedicina? ¿Ayudarán a mejorar la vida de los pacientes los exoesqueletos robóticos creados para asistir a los soldados en el campo de batalla? ¿Por qué se dice que la nanotecnología está llamada a ser la próxima revolución industrial? A estas preguntas han contestado los expertos que este año se han dado cita en el Foro de Innovación “Medicina exponencial, cómo la tecnología está transformando la medicina”, organizado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Pfizer.

En esta ocasión los organizadores del Foro han hecho un esfuerzo especial por profundizar en un tema que no solo capte la atención del público científico, sino que llegue a un receptor más general. “Queremos llegar a una comprensión más cabal del profundo cambio que está experimentando la práctica de la Medicina a través de la tecnología”. Así lo ha explicado el doctor José Luis Puerta López-Cózar. Sin embargo, en la idea que ha inspirado el desarrollo de este seminario también ha influido la multidisciplinaridad de los ponentes.

La nanomedicina, la próxima revolución industrial

“Se dice que la nanotecnología está llamada a ser la próxima revolución industrial; y, sin duda, la medicina se va a ver beneficiada de muchos desarrollos en este campo”, apunta el Prof. Ramón Martínez Máñez, director científico del CIBER-BBN (Centro de Investigación Biomédica en Red en el área temática de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina). En concreto, la nanomedicina tiene tres grandes áreas de aplicación. Por una parte, las técnicas analíticas y de diagnóstico, en las que se está avanzando para conseguir dispositivos cada vez más pequeños y eficaces capaces de diagnosticar enfermedades de forma temprana a partir de muy pocas moléculas o células.

Por otra, la liberación de fármacos, cuyo objetivo es el diseño de sistemas de liberación formados por un principio activo y un sistema transportador (nanopartículas) que pueda dirigir el fármaco al sitio adecuado y en la cantidad apropiada. Y, por último, la medicina regenerativa –de gran potencial- que busca el mantenimiento, la mejora o la restauración de la función de las células, tejidos u órganos mediante la aplicación de métodos relacionados con terapia celular y la ingeniería tisular.

Para el Prof. Martínez “en este campo el futuro inmediato debe dirigirse hacia la traslación y la trasferencia de los resultados que se están obteniendo de las investigaciones, al sistema de salud y al mercado, para lo que debe mejorar el acercamiento al entorno empresarial y al mundo clínico”. Y desde el punto de vista de la investigación, continuar trabajando en hacer nano-dispositivos cada vez más precisos y selectivos, implantes más sofisticados y biodegradables, el uso de impresión 3D y de células madre, etc.

Neurorehabilitación robótica y exoesqueletos

Los exoesqueletos, que constituyen una evolución de los primeros dispositivos robóticos, están implantándose actualmente de forma experimental en el ámbito de la rehabilitación y la asistencia a personas que han sufrido daño neurológico como consecuencia de enfermedades como el ictus o la lesión medular y se espera su total consolidación en los próximos cinco años.

Esta tecnología se caracteriza por la íntima relación, física y cognitiva, entre el paciente y el robot. “El exoesqueleto ha de identificar a partir de sus sensores cuál es la intención del usuario y ha de asistir sus movimientos a partir de la aplicación de fuerzas en los segmentos del cuerpo del paciente. Por tanto, la seguridad en el uso del dispositivo es primordial”, explica el Prof. José Luis Pons Rovira, director del Grupo de Neuro-Rehabilitación del Departamento de Neurobiología Funcional y de Sistemas del Instituto Cajal–CSIC.

En este sentido, el Prof. Pons destaca que “los grupos de investigación españoles han sido pioneros en la investigación, desarrollo y validación de la robótica de rehabilitación, y están liderando, junto con otros equipos, el desarrollo de los exoesqueletos”. “Ello, a pesar de la falta de programas estratégicos que apoyen a los grupos consolidados para poder seguir trabajando con garantías”, añade.

Para el Prof. Pons es previsible que en los próximos años se genere una economía de escala que haga que estos dispositivos resulten más económicos, haciéndolos más accesibles. Por otro lado, será preciso trabajar en mejorar la experiencia de uso del dispositivo por parte del usuario,consiguiendo por ejemplo que los dispositivos respondan de forma más natural a las intenciones del usuario, sean más cómodos de usar y ofrezcan un abanico de posibilidades más amplio.

Actualmente, la neurorehabilitación robótica –ya consolidada en España- permite un entrenamiento más intensivo, con un número mayor de repeticiones del ejercicio físico y con movimientos más precisos, al tiempo que promueve una mayor participación del paciente. Además, los dispositivos robóticos pueden recoger información sobre el propio proceso de rehabilitación, generando informes para el propio paciente o para el terapeuta.

Drones y Biomedicina

Por su parte, los avances en la robótica y los nuevos materiales también han permitido un nuevo campo de aplicación al mundo de la biomedicina de la tecnología aérea pilotada remotamente o drones, como herramientas de medición y logística de primera elección en proyectos de investigación o trabajo de campo.

El traslado de medicamentos o vacunas a zonas difíciles, el análisis de microorganismos, alérgenos o contaminantes del aire, la detección de vectores infecciosos, la toma de muestras en áreas de riesgo, la monitorización de factores ambientales claves para la aparición de patógenos o sus vectores, la generación de mapas físicos de riesgo, el fumigado preciso con agentes biológicos capaces de neutralizar vectores, el traslado de órganos o la intervención en procesos de emergencias, son sólo algunas aplicaciones de estas tecnologías.

Pero, tal y como comenta Carlos Bernabéu, CEO de Arborea Intellbird, hay factores como la seguridad, los últimos avances tecnológicos o la regulación, que modularán la implantación de estas soluciones, que se encuentran todavía en un estado incipiente.

La implantación de estas tecnologías en España en el área biomédica tiene un gran potencial, que irá tomando forma. “Los aspectos de regulación, aun escasamente maduros, son claves en este proceso en nuestro país”.

Tecnología y medicina: ayuda o complicación

Durante el Foro, también se ha querido abordar los posibles condicionantes éticos vinculados a los avances en medicina. “Las tecnologías biomédicas, sin duda, generan controversias, pero me parece que, más allá de casos discutibles y extremos, el desarrollo de este sector está produciendo mucho más beneficio que amenazas. Además, los beneficios son reales y las amenazas bastante imaginarias, al menos hasta ahora. Creo que tampoco hay que confundir tecnologías con fantasías, aunque a veces pueda parecer que no sea fácil distinguir unas de otras”, señala el Prof. José Luis González Quirós, profesor de Filosofía de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Para este experto, la tecnología no implica problemas éticos especiales, sino que crea posibilidades y el problema ético está en otro plano, tiene que ver siempre con decisiones libres. “Las posibilidades de que las tecnologías deshumanicen son realmente muy escasas, lo que deshumaniza es la estupidez, que, al fin y al cabo, también es bastante humana”, concluye.

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