HM Montepríncipe pone en marcha la consulta de prevención cardiovascular del joven deportista

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El deporte y la actividad física son esenciales para mejorar la salud de las personas, por eso es muy importante inculcar estos hábitos desde pequeños. Pero el deporte no está exento de riesgos, ya que se puede ver superada la capacidad cardiaca del individuo, bien por un exceso del mismo o por una patología que se desconocía. Por ese motivo, la prevención cardiaca es básica para que crezca la seguridad en la práctica deportiva. El Dr. Alejandro Rodríguez, cardiólogo de la Unidad de Cardiopatías Congénitas del Hospital Universitario HM Montepríncipe, dirigida por el Dr. Fernando Villagrá, explica que “cuando la actividad física es vigorosa, puede conllevar un riesgo especial para los niños que no presentan síntomas de enfermedades cardiacas, llegando incluso a provocar la muerte súbita. Esta posibilidad se multiplica por tres en los jóvenes deportistas que realizan competición”. De ahí que se haya puesto en marcha la Consulta de Prevención Cardiovascular del Joven Deportista, ubicada en HM Montepríncipe.

El deporte, cada vez más competitivo

La competitividad en la que se ven inmersos los niños, los entrenadores, el equipo, incluso los padres, ha provocado una mayor especialización deportiva, lo que se traduce en más horas de entrenamiento y contenidos muy exigentes. Esta situación, unida a la escasa valoración de los jóvenes atletas de élite, facilita el desconocimiento de las adaptaciones cardiacas a estas edades: “No sólo es recomendable realizar un reconocimiento antes de empezar a desarrollar una actividad deportiva de manera constante para descartar cualquier trastorno anatómico o funcional del corazón, también hay que hacer un seguimiento de los corazones de los jóvenes deportistas que no han alcanzado su pleno desarrollo y están expuestos a entrenamientos que superan los 45 minutos diarios de 3 a 5 días a la semana”, afirma el Dr. Rodríguez.

¿Qué pruebas se realizan en esta consulta?

La consulta se realiza en una sola sesión y es atendida por un equipo de cardiólogos pediátricos especializados que revisan el historial clínico del niño, sus antecedentes familiares relevantes y le hacen una exploración cardiológica completa del ejercicio, de manera no invasiva y con un detallado informe final. Las pruebas que se realizan son un electrocardiograma, un ecocardiograma y una ergometría de esfuerzo. En el caso de que sea necesario, se harán otras pruebas complementarias como un holter de ECG, pruebas genéticas o una resonancia magnética cardiaca. El Dr. Rodríguez destaca que este reconocimiento antes de la participación deportiva y el seguimiento cardiovascular descartan más del 90% de los casos de muerte súbita en deportistas jóvenes, muestran la situación cardiológica de estos pacientes y aumenta el conocimiento en torno a las estrategias para llevar a cabo en su seguimiento. 

Si se detecta una patología cardiaca en un niño, ¿tendrá que dejar el deporte?

Los niños tienen la necesidad innata de moverse, jugar y realizar actividades físicas que, además, son necesarias para su adecuado desarrollo físico, emocional y psicosocial. “La sobreprotección en forma de restricción de actividad física de estos pacientes por parte de padres, cuidadores y médicos -indica el experto- conduce al sedentarismo. Esto desencadena factores de riesgo cardiovascular como diabetes tipo 2 y obesidad, además de un peor desarrollo de las habilidades motoras en los niños”. En este sentido, la prescripción deportiva adecuada debería ser un objetivo prioritario en cada revisión de estos pacientes. Es decir, un niño no debe dejar de hacer deporte para siempre aunque tenga una enfermedad cardiovascular, pero precisará un seguimiento adecuado y cumplir unas recomendaciones específicas para poder llevar una vida activa minimizando el riesgo. “Éstas las determinará el médico en cada revisión, según los resultados que se obtengan de las pruebas realizadas”, concluye el especialista.

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