Linkedin está viviendo un dejavú aunque, en esta ocasión, a gran escala. Y es que, si en 2012 fueron 6 millones las contraseñas robados de su base de datos, en esta ocasión, en 2016 y con mejores sistemas de seguridad, son 117 millones las que han sido sustraídas y las que, actualmente y como es lógico, están a la venta en la extensa y desconocida Red Profunda (Deep Web). Un robo que alcanza unas dimensiones desconocidas hasta el día de hoy y que deja al anterior en un mero juego de niños (con todo nuestro respeto).
Curiosamente, el autor de este nuevo “atraco” al banco de datos de Linkedin ha sido el mismo que hace 4 años, y responde al nombre de Peace. Éste, ha puesto un precio de salida de 5 bitcoins (2.000€ al cambio) a cada uno de sus productos virtuales en The Real Deal. Lo peor de todo, y como bien publica Motherboard, es que el hueco usado ha sido el mismo que, antaño, creo el pánico entre los usuarios. Parece que Linkedin no hizo los deberes y por ello, la puerta trasera seguía abierta.
¿Qué soluciones plantean los expertos? Partiendo de que, por lo que parece, Linkedin no termina de ser segura y que, además, muchos ya no podrán más que rezar por que no hagan nada malo con sus datos, se recomienda que modifiquemos la contraseña de nuestro perfil (aunque es cierto que puede volver a ser tomada sin permiso una vez se varíe). Del mismo modo, y de cara al futuro se recomienda el uso, para evitar más daños, del sistema de autenticación en dos factores. Ese que, además de la contraseña nos pide un código de único acceso que, si no hemos perdido, estará en nuestro teléfono. Una acción que habrá que repetir a cada acceso que hagamos.
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