¿Sufres reacciones alérgicas graves? AnAPPhylaxis ofrece inteligencia humana a la epinefrina

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Imaginemos que la ingesta de un medicamento o el consumo de frutos secos o pescado crudo nos produce una oclusión de las vías respiratorias, urticaria, enrojecimiento de la piel, ritmo cardíaco acelerado, pulso débil, o incluso pérdida del control de la orina, y desmayos. Es lo que se conoce como anafilaxia, una reacción alérgica grave y potencialmente mortal. Ante estos síntomas, los alergólogos recomiendan inyectar epinefrina, lo que hará que los músculos de las vías respiratorias se relajen y los vasos sanguíneos se contraigan. Pero ¿qué ocurría si debido a esta reacción perdemos el conocimiento y no nos da tiempo de llamar a nadie para pedir ayuda o de pincharnos la adrenalina?

Un caso como este fue el que inspiró a la alergóloga Anna Salas y al especialista en medicina interna Adrià Curran y les motivó a desarrollar la startup AnAPPhylaxis, una solución tecnológica que ofrece inteligencia humana a la epinefrina. “Es una funda inteligente que contiene un autoinyector de adrenalina y que controla ciertos parámetros de este autoinyector para que el medicamento esté en perfecto estado por si el paciente tuviera que utilizarlo; toda la información de esta funda es trasladada vía bluetooth a una app en el móvil”, describe Adrià Curran en esta entrevista emitida en Digitalmente Saludable con la colaboración de Sanofi.

Anna Salas detalla que esta funda inteligente es capaz de indicar si la adrenalina está en mal estado, si la temperatura en la que se conserva el medicamento está fuera de rango y, además, “si te olvidas y te vas de casa sin la adrenalina, el dispositivo te avisa de que te estás alejando de ella”. Para los fundadores de esta startup, uno de los aspectos más atractivos es que, en el caso de sufrir una anafilaxia, solo con abrir la funda se activa un protocolo de emergencia que incluye el aviso a los contactos que haya predefinido el paciente y la ubicación exacta donde se encuentre este; pero además, se dispara un vídeo explicativo con los pasos a seguir para que el paciente o cualquier persona que se encuentre a su lado y no esté familiarizada con esta enfermedad sepa lo que tiene que hacer.

Siguiente paso: ensayo en pacientes

“No sería necesario someter la herramienta a ensayo clínico, pero nosotros creemos que es muy importante tener datos fiables con pacientes reales”, anuncia Adrià Curran. Así, después de la autorización por parte de la Agencia Española del Medicamento, estos doctores han reclutado en el Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona a los 25 primeros pacientes que darán el esperado feedback para mejorar el producto. “La n que tenemos marcada por estadística y que nos daría una buena potencia sería de 100 pacientes”, indica Anna Salas. Durante los tres próximos meses procederán a incluir a más pacientes, pero ya advierten que el ritmo de inclusión es óptimo.

Una vez termine este ensayo clínico, estos doctores abrirán la tercera ronda de financiación: “Buscamos inversión para que el dispositivo se pueda sacar al mercado”. Adria Curran resume que llegar hasta este punto ha supuesto mucho esfuerzo, pero “merece la pena”. “Nuestra idea es que pueda llegar al máximo de pacientes posible, por lo que ya estamos trabajando en el tema regulatorio y encaminados para su producción industrial”, explica el doctor. Y concluye: “Además de la pasión, lo que nos estimula a continuar con este proyecto es que su fruto se reflejará en una mejor calidad de vida de los pacientes y de sus familiares”.

Seguiremos informando…

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