El diario digital de Pedro J. Ramírez no deja de ser noticia por la salida profesionales que en teoría estaban llamados a liderar el proyecto. No ha pasado ni un año desde su puesta de largo y las malas noticias no hacen más que acumularse en El Español. En su lanzamiento Pedro J. prometió un gran medio que remeciera las conciencias y fiscalizara a la clase política, pero ni las visitas han respondido ni parece que las suscripciones digitales avancen al ritmo esperado. Y lo peor, su peso mediático sigue siendo muy reducido.
Eduardo Suárez, Nacho Carretero, Jordi Pérez Colome y Ana Tudela son algunas de las firmas que han abandonado El Español desde su fundación en octubre del año pasado. Unas bajas a las que perfectamente se podría sumar María Ramírez, la hija de Pedro J, que hace varias semanas está alejada del día a día del proyecto aunque mantiene su vinculación formal con la cabecera. Y Esteban Urreiztieta que tendría cerrada su vuelta a El Mundo en septiembre como subdirector de Investigación.
En vista a estos acontecimientos –que además son ampliamente conocidos en redes sociales porque los propios protagonistas se encargan de airear sus salidas en internet- muchos se preguntan qué pasa en el diario y porqué la cabecera no es capaz de retener el talento de quienes estaban llamados a liderar las diferentes secciones. En principio El Español se presentaba como un proyecto apasionante que unía la experiencia de Pedro J., uno de los mejores periodistas de España, y las nuevas narrativas encarnadas por un equipo joven y pujante elegido minuciosamente por su hija María.
No obstante, las cosas no han salido como se esperaba y poco a poco se ha ido resquebrajando la redacción. El pecado original del diario ha sido precisamente el divorcio entre las nuevas promesas –influencers de internet- y el equipo de periodistas de raza que Pedro J. ha logrado reclutar desde El Mundo. Los primeros reniegan de las exclusivas y del periodismo de campo y los segundos no creen que lo más importante sean las nuevas narrativas ni contarlo todo a través de redes sociales.
Al final se ha producido una fractura insalvable en la que muchos –Eduardo Suárez el primero- han decidido marcharse del proyecto y buscar nuevos rumbos. Mientras Pedro J. ha seguido rodeándose de sus viejos pretorianos con Fernando Baeta a la cabeza y apostando por la vieja fórmula del periodismo de noticias que generen impacto social. De hecho, han tenido bastantes informaciones exclusivas, pero el eco mediático sigue sin llegar y son pocos los que realmente se informan en El Español.
Lo que está claro es que el proyecto no marcha como todos en el diario esperaban y el ruido generado en su lanzamiento se ha diluido hasta quedarse como una cabecera sin ningún peso y que no es referencia. Una situación que evidentemente preocupa y se suma a la escasez de anunciantes y grandes empresas que apoyen el proyecto.
Seguiremos Informando…