Los Hackers (o piratas informáticos si queremos españolizar el término) tienen un objetivo marcado en rojo: los bancos. Al menos eso es lo que puede extraer de los tres intentos que, en pocos meses, se han registrado a entidades repartidas por el globo. El montando que se ha tratado se sustraer ha sido elevado, 1.000 millones de dólares, aunque, por suerte, únicamente han desaparecido 80 (que en comparación es un mero aguinaldo de Navidad).
La relación entre esta corta lista de sucesos es evidente ya que, como diría un criminalista experimentado “tienen el mismo modus operandi”. ¿Y cuál es? Han intentado hacerse ricos a través de un sistema denominado SWIFT (conocida por ser, además de una cooperativa bancaria, muy segura). Así, el primer acto delictivo que llegó a nuestro oídos fue el que tuvo lugar el pasado febrero y en el cual, a través de varias credenciales de empleados de Banco Central de Bangladesh, generaron 30 órdenes de transferencia (curiosamente, no presente en la entidad sino en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York). ¿La cantidad total a ingresar? Los 1.000 millones de los hablábamos antes, que tenían como destino Filipinas y Sri Lanka. “Afortunadamente” no llegaron todos, por una errata en a la hora de realizar el proceso. ¡Menos mal!
Los otros dos, aunque existentes, fueron “fallidos”. Uno, el segundo en el cómputo general, ocurrió el pasado diciembre al banco vietnamita Tien Phong Bank. Los ladrones informáticos se fueron con las manos vacías. El tercero tuvo lugar en Ecuador, en Banco del Austro. Se robaron 9 millones de euros, una cantidad relativamente pequeña (en relación a las ya enumeradas). Sea como fuere, hablamos de dos casos que, de no ser por el ocurrido en Índia, se hubiesen quedado en meras anécdotas. Hoy son noticia porque, como decíamos, se relacionó el método utilizado.
Un método… ¿Seguro?
Los Hackers y el SWIFT (o BIC). La clave de éste se encuentra en una identificación bancaria útil en transacciones internacionales existente desde los años sesenta. La aceptan más de 7.000 entidades bancarias (en 200 países). Todo, como decíamos, porque presume de seguridad, algo puesto en duda con estos hechos. Y es que, los hackers han creado un malware que se lo lleva por delante sin contemplaciones y que no deja rastro. También se sabe que, a pesar de este avance, la ayuda interna es necesario, un hecho que se está investigando. Con todo, y tras el incidente de Bangladesh, SWIFT tendrá que darle una vuelta a su sistema, como bien ha reconocido Gottfried Leibbrandt: “Habrá un antes y un después de Bangladesh”. Veremos si es cierto.
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