Primera transfusión intrauterina en hospital privado

Publicidad

Existen múltiples causas por las que un embarazo puede considerarse de riesgo medio, alto o muy alto, y que están originadas por enfermedades de la madre o del feto, pudiendo poner en peligro a ambos. En el año 2014 nacieron 427.000 bebés, de los cuales, más de 10.000 tuvieron algún problema congénito, pero hoy en día, y gracias a los avances en el diagnóstico prenatal, se permite vigilar a los fetos e incluso realizar tratamientos intraútero para evitar los sufrimientos, tanto de las madres como de los bebés. El equipo del Dr. Marcos Órdenes, de la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Ruber Internacional, ha tenido recientemente su primer caso de isoinmunización, que consiste en la producción de anticuerpos en la madre frente a un antígeno que está presente en los hematíes del feto. Tras producirse la unión antígeno-anticuerpo, los hematíes fetales son destruidos originando una anemia fetal grave.

“Se trata de una paciente en su segundo embarazo. Ya en el primero, detectamos unos anticuerpos irregulares responsables de poder desarrollar una anemia en el feto, por eso, hicimos un seguimiento muy minucioso en este embarazo. A medida que pasaban los días, vimos cómo iban aumentando estos anticuerpos y la velocidad máxima en la arteria cerebral media. Esta arteria es la que permite un control eficaz de la anemia fetal. Todo esto nos llevó a pensar que, con una alta probabilidad, el feto tuviera una anemia severa, conllevando el riesgo de poder entrar en situación de insuficiencia cardiaca y de muerte fetal”, explica el Dr. Juan Arbués, especialista de Medicina Fetal del Hospital Ruber Internacional. “En este caso, el antígeno responsable de provocar esta situación de incompatibilidad, por la que tuvimos que realizar la transfusión de sangre al feto, fue el sistema del grupo sanguíneo Kell”, manifiesta el Dr. Juan Arbués.

El Dr. Marcos Órdenes, señala que “a todas las embarazadas se les debe determinar el grupo sanguíneo Rh D y buscar anticuerpos irregulares, encontrándose, en el caso de nuestra paciente, anticuerpos anti-Kell positivos, considerados de alto riesgo. Por ello, y antes de hacer la primera transfusión intrauterina, se tuvo que hacer una cordocentesis -prueba diagnóstica que consiste en la extracción de sangre del cordón umbilical del feto dentro del útero, para confirmar el grado de anemia-.

Dos semanas después, de hacer la primera transfusión intraútero, y como suele ocurrir en estos casos, el feto entró de nuevo en anemia severa y se realizó una segunda transfusión intraútero sin complicaciones. A continuación, comprobamos como los parámetros sanguíneos del feto estaban en el rango de normalidad. Finalmente, el parto fue mediante cesárea y nació una niña viva y sana. Es la primera vez que este proceso se realiza en un hospital privado, afortunadamente con unos resultados óptimos”. Este procedimiento solo es posible realizarlo en centros altamente cualificados y “en el Hospital Ruber Internacional disponemos de los medios humanos y técnicos para ofrecer los cuidados necesarios para llevar correctamente este tipo de embarazos, así como, los más avanzados equipos de diagnóstico en medicina fetal”, concluye el Dr. Marcos Órdenes.

Control y seguimiento

El principal método de control y seguimiento es el estudio con ecografía y Doppler. “A partir de la semana 16 y cada dos semanas se estudia con Doppler la velocidad sistólica máxima en la arteria cerebral media y con una ecografía de alta resolución se busca cualquier signo de hidrops fetal, que es una afección seria que ocurre cuando se acumulan cantidades anómalas de líquido en zonas del cuerpo de un feto. En los últimos años se ha demostrado la efectividad de la medición de la VSM-ACM (velocidad del pico sistólico de la arteria cerebral media), permitiendo el control eficaz de la anemia fetal”, explica el doctor Arbués.

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil