La entrevista de Susana Griso a Pablo Iglesias en Dos Días y Una Noche no consiguió desmontar al líder de los de Podemos. El programa dejó tan solo un puñado de anécdotas, marcadas por las preguntas subiditas de tono de la periodista y los insultos de “fascista e hija de puta” a los que tuvo que hacer frente a la entrada de la sede del partido de Iglesias.
La noche del martes los espectadores tuvieron ración doble de Pablo Iglesias. La campaña a las Elecciones Generales aún no ha comenzado oficialmente, pero lo cierto es que los políticos ya están desplegado todo su arsenal en los medios de comunicación con formatos de lo más ocurrentes. Mientras Ana Rosa Quintana entrevistaba con un grupo de niños al cabeza de lista de Unidos Podemos en Telecinco, pocos minutos después, con menos acierto y menos espectadores, Susana Griso lo hacía en el programa que conduce desde finales del año pasado, Dos Días y Una Noche y que solo consiguió enganchar a un 10,9% de cuota de pantalla y 1.946.000 seguidores.
El formato del programa de Griso parece que sigue quedándole grande y resulta difícil terminar de creerse la presunta naturalidad en las entrevistas. Iglesias abrió las puertas de su casa a las cámaras de Antena 3 y dejó que Griso le diese una de cal y otra de arena en su entrevista de dos días y medio. Así, la periodista intercalaba preguntas de lo más incisivas con momentos más distendidos, marcados casi siempre por cuestiones subiditas de tono, desde la primera experiencia sexual de Iglesias a su costumbre de ir desnudo, pasando por una inverosímil partida de dados del Kamasutra. En la parte más dura, Griso pidió a Iglesias explicaciones sobre la financiación de Podemos, su relación con Venezuela o sus pretensiones para las próximas elecciones generales. El momento más surrealista de la entrevista fue cuando entre cañas en una terraza, Griso le pregunta a bocajarro al líder de Podemos sobre cuestiones de máximo interés: “A los políticos les cuesta mucho hablar de sexo. En eso tu eres un poco rara avis”, le comentó la periodista a lo que Iglesias respondió con que “es una cosa normal que todo el mundo practica y desgraciados aquellos….” . En ese momento Griso le interrumpió con un “posiblemente habría que practicarlo más…”.
La comunicación sigue siendo prioridad de Podemos
Uno de los momentos más tensos de la entrevista se produjo cuando entrevistadora y entrevistado entraban en la sede de Podemos en la madrileña Plaza de España, donde Griso fue insultada por unos viandantes al grito de ‘fascista, hija de puta”. La periodista continuó la entrevista como si con ella no fuera el asunto y manteniendo la conversación con Iglesias. Ya dentro, las cámaras descubrían el cuartel general de Podemos donde un equipo de jóvenes se encargaban de nutrir las redes sociales mientras seguían la intervención de sus portavoces. En este momento Iglesias reconocía que ”las redes sociales y la comunicación son fundamentales y estratégicas”. En la misma planta también se encontraba el equipo de Iglesias, que con disciplina casi militar, trabajaba en torno a una mesa con portátiles. En este momento se echaba en falta a Irene Montero, “la jefa, que es la mala, la que echa broncas y la que coordina”, como la presentó entre risas Pablo Iglesias.