María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, ha defendido en Granada que el gran reto de los sistemas sanitarios es pasar de la gestión de la enfermedad a la gestión de la salud y ha hecho hincapié en la importancia de la prevención para ello. Por ese motivo, ha defendido un cambio de paradigma en la formación de los profesionales para que no sólo sepan tratar, sino también prevenir y ha apostado por transformar los presupuestos sanitarios para que dediquen al menos el 10% de los gastos a prevención primaria, frente al 3% actual.
Así lo ha expuesto en la inauguración del Foro Encuentros en Granada. Innovación y Salud, una iniciativa del Colegio de Médicos y la compañía farmacéutica Novartis que acogerá con periodicidad trimestral en esta ciudad una serie de encuentros de debate sobre los grandes retos de salud en el siglo XXI. En su intervención, María Neira se ha referido también a la necesidad de realizar políticas e intervenciones en salud mucho más transversales e integrales, que vayan más allá de lo estrictamente sanitario, y ha manifestado en este sentido que “la realidad es que los alcaldes y autoridades locales tiene un gran papel que jugar en generar ambientes que contribuyan a la salud de las personas”
A este respecto, Neira indicó que el 80% de las personas van a vivir en el futuro en un entorno urbano, por lo que lo que “crear ciudades saludables es el reto de salud pública más importante que tenemos por delante”. En este sentido, abogó por poner la salud en el centro de todas las políticas municipales, y particularmente de todas las políticas energéticas, urbanísticas y económicas, “que sí tienen que ver con lo sanitario y que tienen un extraordinario impacto en enfermedades”.
Según expresó la directora de Salud Pública de la OMS, resulta “imprescindible” que los profesionales de la Salud intervengan en estas políticas. “No puede entenderse que se tomen decisiones sobre la política energética de un país sin valorar su impacto en salud”, sostuvo María Neira, que añadió que “no cuesta más hacer ciudades saludables y sí cuesta mucho no hacerlas por su impacto en salud”.
En esta dirección, apuntó que los retos de sostenibilidad de los sistemas públicos sanitarios pasan por consolidar esa visión más amplia e integral de la salud, aunando las políticas de salud con las políticas urbanísticas, energéticas y económicas, y, en lo sanitario, por prestar mucha más atención a la prevención primaria, pasando de un enfoque reactivo basado en la atención de la enfermedad a otro más proactivo basado en la promoción de la salud.