El sobrepeso marca el inicio de la diabetes 2 en personas genéticamente susceptibles

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Ocho de cada diez personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso. Si bien existe una susceptibilidad genética a desarrollar la enfermedad, el sedentarismo y el exceso de grasa abdominal marcan el inicio de la enfermedad. Cuantos más años se padece, más difícil es su control. La estrecha relación entre obesidad y diabetes ha servido para acuñar el término diabesidad. Ambas, diabetes y obesidad, comparten como mecanismo fisiopatológico la resistencia a la insulina. Cuando su existencia se alarga en el tiempo, un mal control de la enfermedad trae consigo altísimas posibilidades de dar origen a complicaciones crónicas en vista, riñones y nervios periféricos, si bien el punto más preocupante es la salud cardiovascular. “Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares: angina de pecho, infarto de miocardio, accidentes vasculares cerebrales, disminución de la sangre que llega a las piernas, etc”, afirma en Dr. Javier Maravall, endocrinólogo de Hospitales Nisa.

Problemas con la insulina

Para que aparezca la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) deben coexistir dos problemas: por un lado, la “resistencia” a la acción de la insulina, es decir, la insulina que produce nuestro páncreas no ejerce de forma correcta el efecto que debería sobre nuestro organismo. Aunque existen factores genéticos que intervienen en esta situación, lo que más contribuye esta resistencia a la insulina es el acúmulo de grasa a nivel de la cintura (perímetro abdominal) y el sedentarismo. Por otro lado, debe existir también un déficit en la producción de la insulina. Esto tiene un fuerte componente genético y provoca un deterioro progresivo en la capacidad del páncreas para producir insulina.

El páncreas inicialmente aumentará la producción de insulina, para compensar esa resistencia, pero a medida que se vaya deteriorando la producción de insulina, llegará un momento que ya no será posible contrarrestar esa resistencia, y en ese momento empezarán a subir los niveles de glucosa en la sangre. Este es el motivo de que la diabetes aparezca a una cierta edad de la vida, y también lo que explica que la reducción del perímetro de cintura y el ejercicio físico tengan capacidad para retrasar la aparición de la diabetes; son, además, el punto de partida para controlar la enfermedad cuando ya ha aparecido porque reducen esa resistencia a la insulina y retrasan el deterioro de la célula pancreática productora de insulina.

No obstante, matiza el Dr. Maravall, “el deterioro en la producción de insulina por el páncreas es progresivo, a pesar de un tratamiento médico correcto, ejercicio y dieta y por lo tanto la evolución natural de la diabetes es a empeorar con los años”. Por lo tanto la DM2 no se “cura” solo con tratamiento médico. El control metabólico puede ser excelente durante mucho tiempo, pero antes o después el problema volverá a aparecer. “Yo me puedo olvidar de la diabetes, pero la diabetes no se olvidará de mí”, afirma de modo explicativo.

Vida sana, la mejor prevención

El hecho de reducir de forma eficaz el perímetro de cintura y realizar una actividad física aeróbica de forma habitual puede normalizar por completo los niveles de glucosa, sobre todo en fases iniciales de la enfermedad. Pero el proceso de deterioro del páncreas progresará, aunque más lentamente. Por ello, durante los años que consigamos tener bien controlada la diabetes con unos hábitos de vida higiénico saludables –actividad física y dieta equilibrada- estaremos haciendo una intensa prevención de la aparición de complicaciones crónicas. 

Cirugía como solución

En los últimos años la cirugía bariátrica ha ido posicionándose como tratamiento eficaz de la DM2. “En 2013 se reunieron cuatro sociedades científicas españolas (SEEN, SECO, SEEDO, SED) y redactaron un documento de posicionamiento que reflejase las indicaciones del tratamiento quirúrgico de la diabetes mellitus tipo 2”, explica el Dr. Miguel Ibáñez, cirujano especialista en cirugía bariátrica del Hospital Nisa Rey Don Jaime.

Según este documento, la cirugía sería una solución para personas con DM2 obesas (BMI>35)  y también en pacientes con obesidad tipo I(BMI entre 30-35) que fueran evaluados por un endocrinólogo y descartado otras formas de diabetes diferentes, y mostrasen un deterioro progresivo del control glucémico a pesar del tratamiento convencional, especialmente si existen otras comorbilidades mayores (dislipemia, HTA, apneas obstructivas del sueño), que tuvieran entre los 18 y 65 años, con DM2 de menos de 5 años de evolución y que hubieran  fracasado al tratamiento con dieta y metformina, o que necesitaran insulina desde hacía poco tiempo.

Este tipo de cirugía debe ser realizada por un cirujano bariátrico experto cuya técnica quirúrgica comporte una mortalidad menor del 1%, una morbilidad menor del 10% y un índice de reintervenciones menor del 2% anual.

El paciente ideal

“Está demostrado que los pacientes menores de 40 años responden mejor. Por otra parte, los pacientes con mayor índice de masa corporal (BMI) tendrán una mejor respuesta que aquellos con un BMI más bajo. Tener unos índices de mejor funcionamiento del páncreas también es una condición que se relaciona con unos mejores resultados y por último un menor tiempo de duración de la diabetes implica mayores tasas de remisión”.

El mejor paciente sería pues, joven con un buen porcentaje de pérdida de peso, unas buenas cifras de péptido c, con una diabetes establecida hace poco tiempo y que aun requiera sólo antidiabéticos orales para su tratamiento o con un corto periodo de insulinización.

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