Somos adictos al móvil. Los estudios apoyan esta afirmación aunque, realmente, basta con mirar a nuestro alrededor para ver que no es necesaria la ayuda de profesionales para darse cuenta. Sea como fuere, esta adicción nos lleva a tener en funcionamiento nuestro terminar prácticamente todo el día (ni lo apagamos cuando dormimos) lo que consume su batería en poco tiempo y nos obliga a recargarla, al menos, una vez al día. Un hecho, este de insuflar energía a nuestro dispositivo, que parece sencillo (y lo es, de hecho) aunque cuenta, como casi todo en esta vida, con “expertos” que defienden una serie de premisas sobre cómo debemos llevar a cabo el proceso. ¿Las conoces? Son estas…
No se debe cargar el móvil de noche: Un hecho que quizás fuese cierto en los albores de la tecnología pero que, a día de hoy, no tiene fundamento alguno. Y es que, los terminales actuales, cuando están cargados por completo, dejan de alimentarse. Por ello, el riesgo de que se produzca una sobrecarga es nulo, por lo que no se dañará ni el móvil (interna o externamente) ni el cargador. ¡Ah! Ni se consumirá más energía. Eso sí, se puede sobrecalentar, aunque para evitar esto, simplemente debes situarlo en una zona bien ventilada… ¡Y listo!
No se debe usar el teléfono si se está cargando: Este mito, que está bastante extendido es “falso”. Y decimos entre comillas porque tiene un condicionante: la originalidad del cargador. Si contamos con el que nos proporciona la marca (o compramos uno similar) no tendremos problemas. Si, por el contrario, nos hacemos con uno pirata, la cosa cambia. Y es que, en muchos casos, racanear un par de euros puede llevarnos a terminar electrocutados. Un susto que, desde luego, nos podemos evitar.
Usar un cargador pirata es malo: Es, como bien decíamos previamente, el que más grado de veracidad tiene. Y es que, si bien es cierto que existen clones con unas prestaciones bastante aceptables, ninguno supera a los oficiales. En las copias, normalmente, se escatima en materiales a la vez que se descuida la seguridad por lo que pueden originar desde incendios hasta daños en nuestros dispositivos. Además, cuentan con una vida mucho menor. Vamos que lo barato puede salirte algo… caro.
No se debe cargar el dispositivo hasta que no decargue del todo: Esta afirmación, que es quizás la más extendida de todas, no es cierta. Ante ella, son muchos los expertos que la rebaten. Alegan varios motivos por los que se debe evitar. El primero, y sencillo, es que el dejar que la batería se consuma del todo es perjudicial ya que se vuelve inestable. Por otro lado, y a diferencia de lo que se cree, el tenerlo al 100% no es sinónimo de un mejor funcionamiento. De hecho, se dice que lo mejor es que estén entre un 80% y un 40%. Es resumen, es cierto que las baterías pierden capacidad con el paso del tiempo pero no tanta como nos pensamos. De hecho, a la velocidad con la que se cambia de smartphone hoy en día, no es ni un problema. Por tanto, no dejes que tu móvil agonice para insuflarle vida. Te lo agradecerá.
Los móviles no se han de apagar nunca: Otra mentira que, por suerte, cada vez está menos extendida. Y es que, los terminales no se crean para que estén en funcionamiento durante las 24 horas del día, los 365 días al año. Por eso, aquellos que no les dan un respiro, sufren las consecuencias cuando menos se lo esperan. Por eso, se recomienda darle descanso, al menos, una vez por semana. Así, echa a un lado de los procesos que tiene activos y comienza a trabajar de cero. Como si se despertase tras una larga siesta.
No están todos los que son…
Estos son 5 de los más extendidos aunque hay muchos más: Que si la carga rápida es mala, que si cerrar las aplicaciones te reduce el consumo, que si desactivar el WiFi y el Bluetooth ayuda a ahorrar… ¿Eres de los que se las creen a pies juntillas? Nosotros no.