Facebook sabe que, como dice el dicho: “los jóvenes son el futuro”. Más bien lo ha visto uno de sus desarrolladores, Michael Sayman. Este joven, de 19 años y origen peruano, sabe que son ellos, tanto los Millenials como la Generación Z, los que van a sustentar a las plataformas sociales en un futuro próximo (si no lo hacen ya). Un chico al que llamó Zuckerberg directamente, hace ya dos años, y que ha trabajado muy duro hasta obtener lo que, el CEO y su equipo han querido bautizar como Lifestage.
Con esta nueva aplicación, Facebook quiere competir directamente contra Snapchat. Esa plataforma que trató de comprar, tras adquirir Instagram, y a la que no pudo hincar el diente ante el “no” de su creador Evan Spiegel. Whatsapp fue el premio de consolación. Sin embargo, ni la mensajera ni ninguna otra opción, hasta la fecha al menos, han conseguido ejercer el efecto que tiene la fotográfica del fantasma sobre las nuevas generaciones. Esas que copan la mayoría de los 125 millones de usuarios que la componen y que han elevado su valor a 20.000 millones de dólares.
Límite 21 años
Con Lifestage, Facebook quiere cambiar la tendencia, hacer ver a los jóvenes que, aunque su red social ya no les satisfaga (en muchos casos ya es así), no tienen por qué salirse de su área de acción, de sus dominios. En ellos hay mucho terreno que aún no han explorado. Para convencerles, primero lanzaron Stories (la cual ha creado más controversia de la esperada) y ahora este nuevo producto, el cual deja claras sus intenciones desde el inicio. Y es que, para arrancar hay que responder a una primera, a la vez que simple pregunta: ¿Cuál es tu edad? Si la respuesta implica superar los 21 años, automáticamente te dejará prácticamente fuera de juego. Es cierto que podrán dar de alta un perfil, pero ahí se acaba todo. No pueden ver los de terceros, ni interactuar… Nada.
Volviendo a los orígenes de Facebook
Tras pasar este primer corte, el siguiente tiene mucho que ver con la idea con la que Zuckerberg concibió Facebook. Así, deberemos indicar el centro de estudios, o universidad, en el que estamos. Es la vía de contactos con nuestros compañeros, de edad similar, la cual generará comunidad a partir de 20 usuarios activos. También será beneficioso para las nuevas incorporaciones. Tendrán una forma más rápida de integrarse (lo que avala su lanzamiento en pleno mes de Agosto). Otro paso lo marca el contenido, cuyo eje central será el vídeo. De hecho, para arrancar el perfil, debemos implementar dos que resultan antagónicos: uno con algo que nos apasione y otro con algo que no soportemos. Dos productos que serán fijos, los únicos ya que, como ocurre en Snapchat, el resto de contenidos que compartamos desaparecen a las 24 horas.
¡Comentarios no!
Un material, el que subas a la app, que podrás organizar en las múltiples clasificaciones que te ofrece: colegio, casa, gente, música,… Del mismo modo, si bien podemos hacer llegar a terceros nuestros vídeos, y viceversa, no podremos decir nada al respecto, o lo que es lo mismo… ¡Nada de comentarios! Como bien argumenta Sayman a Techcrunch: “Mis amigos y yo tenemos muchísimas aplicaciones de mensajes que ya usamos y que nos encantan. ¿Para qué tener otra aplicación similar? Me parecía un fastidio”. Sin embargo, el no dar caminos propios no quiere decir que no ofrezca salidas ajenas. Instagram y Snapchat son las más conocidas. De hecho, muchos siguen diciendo que está última es la inspiración de Facebook. Para su creador es un referente: “Pienso en Snapchat como un gran competidor. Ellos tienen un producto genial y tenemos mucho que aprender de ellos sobre cómo la gente evoluciona en un espacio de vídeos”. Lo dejamos en vuestras mano… ¿Es una homenaje o una copia?
Seguiremos Informando…