Los diarios ya no pintan nada en política

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En los albores de la democracia los diarios se convirtieron en uno de los pilares y quizás en el principal soporte del debate político. Una época en la que los editores de periódicos se jactaban de poner y sacar gobernantes a su antojo. De hecho, la caída de Felipe González después de 14 años de gobierno se atribuyó en gran parte a la campaña articulada por los que en ese momento eran los popes del periodismo liderados por Pedro J. Ramírez y Luis María Ansón.

Eran los tiempos de las mieles y rosas de los diarios, que dominaban el panorama mediático y se atrevían con la Radio y la Televisión. Eran los tiempos de los chóferes a la puerta de casa, las diez asistentas de hogar y las cenas con políticos para definir el futuro de España. Era la época dorada de Jesús de Polanco, Antonio Asensio padre y de los Luca de Tena. Eran otros tiempos, tiempos que han quedado en el olvido y que han dado paso a la crisis más dura que recuerde la prensa en toda su historia.

Los datos hablan por sí solos. Y todo el mundo se ha enterado. Menos los editores y dueños de los diarios que miran con nostalgia tiempos pasados. De otra manera no se explica la burda e intrascendente campaña que los diarios impresos han emprendido estas últimas semanas para intentar presionar a Pedro Sánchez para que diese el sí a la investidura de Mariano Rajoy.

Un fuego cruzado de varios días en que los popes de la prensa no se resignan a la pérdida de su influencia de antaño, intentando mediar para que España forme Gobierno. Pero han fracasado. Y no porque Pedro Sánchez sea un testarudo, que también. Han fracaso porque los diarios ya no pintan nada y parece que ellos han sido los últimos en notarlo. Los periódicos y sus editores ya no controlan el país y sus designios ya no son asumidos como órdenes por los políticos.

Las tornas han cambiado y ahora es la prensa la que está sometida a los políticos y a los poderes económicos. La prensa se ha convertido ahora en la mensajera y no en la generadora de los contenidos. Una nueva cara del hundimiento de los periódicos, esos periódicos que llegaron a ser uno de los pilares fundamentales de la naciente democracia de hace cuarenta años.

Seguiremos Informando…

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